A propósito del cierre de operaciones de Directv por orden de la empresa AT&T, un artículo de The Associated Press reseñó las presiones que recibió desde del año 2019 en torno a la debacle política de Venezuela y que podrían catalogarse como posibles causas de la drástica decisión tomada este martes 19 de mayo de 2020.
En abril del año 2019, cuando enfrentaba un alzamiento militar en Venezuela, el régimen socialista de Nicolás Maduro ordenó a los servicios de televisión pagada que suspendiesen las transmisiones de CNN y BBC.
Directv, que es propiedad de AT&T, acató la orden de inmediato, sacando del aire a los dos canales mientras en todo el mundo circulaban imágenes de camiones militares que la emprendían contra manifestantes.
A inicios del año 2020, aumentaron las presiones para que la empresa televisiva con base en Dallas se plantara firme a los censores del régimen venezolano luego de que funcionarios del Departamento de Estado se reunieran en Washington con ejecutivos de AT&T y los exhortaran a que ayudara a frenar la maquinaria propagandística de Maduro, según los testimonios de cinco personas.
El encuentro se produjo en diciembre de 2019, después de varios meses de supuestos contactos entre AT&T y la oposición venezolana.
ATT tuvo una decisión difícil por delante: Acatar lo que dijera el régimen de Maduro, que Estados Unidos no reconoce y al que impuso severas sanciones, o plegarse al plan de la oposición y exponerse a que le confisquen sus instalaciones y a la pérdida de su licencia, dejando a unas 700 personas sin trabajo.
Según documentos presentados ante la Comision de Bolsa y Valores, la empresa no necesita tener una presencia física en Venezuela para transmitir a esa nación. Podría hacerlo desde centros de transmisión de Argentina, Brasil o California, de acuerdo con esos documentos.
Los funcionarios estadounidenses y la oposición temían que Directv estuviera siendo usada para propagar programación de Maduro criticando a sus rivales políticos, que no tienen forma de responder, de acuerdo con los cinco individuos, que hablaron a condición de no ser identificados por lo delicado del tema.
Globovisión
Una inquietud particular, indicaron, es la cadena privada Globovisión, que es parte de la programación de Directv. El canal ha sido sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la oposición lo acusa de propagar información falsa.
El regulador de las comunicaciones, Conatel, amplió la brecha informativa cuando ordenó en el 2017 a las plataformas televisivas pagas, de las cuales Directv es la más grande, que eliminara diez canales noticiosos internacionales, desde CNN en Español hasta NTN24 de Colombia, acusándolos de violar la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión. La ley garantiza programación con responsabilidad social, pero ha sido criticada por organizaciones defensoras de la libertad de prensa que dicen que promueve la autocensura a partir de un lenguaje ambiguo y de castigos excesivos.
Las transmisiones internacionales de Directv y sus competidores llenaron un vacío dejado por Globovisión, el último canal abierto crítico del gobierno, que fue vendido a un empresario allegado a Maduro en el 2013.
Poco después de la compra, el canal suavizó su cobertura contra el gobierno. El nuevo dueño de Globovisión, el magnate Raúl Gorrín, fue acusado por fiscales de Miami en relación con un presunto lavado de dinero del que habrían participado hijastros de Maduro y fue incorporado a la lista de fugitivos más buscados del Departamento de Seguridad Nacional en Estados Unidos.
Al intensificarse la censura del gobierno, aumentaron las presiones sobre los servicios de transmisiones privados, sobre todo Directv, la única empresa operada por una firma estadounidense sujeta a sanciones impuestas por el gobierno de Trump.
Opciones limitadas
Expertos dicen que las opciones que tenía el gobierno estadounidense para obligar a Directv a seguir sus pautas en Venezuela eran limitadas.
Peter Kucik, abogado de Washington y exfuncionario del tesoro especializado en el cumplimiento de sanciones, dijo entonces que los medios de prensa generalmente gozan de mayores concesiones porque Estados Unidos promueve el libre flujo de información, incluso en países con gobiernos autoritarios. En el caso de Directv, su decisión de acatar las órdenes de Maduro de retirar ciertos canales se produjo antes de que se bloquease al régimen venezolano.
“Es un tema complejo, pero en general, ofrecer cualquier servicio al gobierno bloqueado de Maduro, incluidas medidas exigidas por el gobierno, pueden significar un fuerte riesgo de sanciones”, dijo Kucik.
Censura generalizada
Organizaciones defensoras de la libertad de prensa dice que en Venezuela hay una censura generalizada.
Desde que Maduro asumió la presidencia en el 2013, decenas de diarios y radios desaparecieron a un ritmo frenético, sobreviviendo solo medios que siguen la línea del gobierno e ignoran temas como los abusos a los derechos humanos y una creciente desnutrición.
La velocidad de la internet, en tanto, es una de las más bajas del mundo y el régimen bloquea con frecuencia todo contenido antigubernamental.
Como consecuencia de esto los venezolanos no les han dado la espalda a los servicios de televisión pagada, que sigue siendo la principal fuente de noticias y de información.
ATT no gana dinero en Venezuela
Pero ATT no gana dinero con su proveedor de servicios satelitales desde hace años, debido a los estrictos controles del gobierno que le hacen cobrar muy poco a sus suscriptores, el equivalente a 15 centavos de dólar por mes. La situación es tan delicada que en el 2012 Directv dejó de importar decodificadores, sacrificando su crecimiento. En el 2015 dijo que el valor de sus bienes en el país había bajado a 1.100 millones de dólares.
De todos modos, es la forma más barata de entretenimiento en un país devastado por una hiperinflación de 2 millones por ciento y su presencia en el mercado es la más grande de Directv en el mundo.
Dilema
A diferencia de otras empresas estadounidenses, -como General Motors, Kellogg Co. y Kimberly-Clark, que se fueron de Venezuela por la merma en sus ventas, las amenazas del régimen y el peligro de sanciones- , ATT se quedó, tal vez a la espera de un florecimiento de la economía o de un gobierno proempresarial, según un ejecutivo de las telecomunicaciones venezolano, que pidió no ser identificado por temor a represalias.
La empresa, por otro lado, no quería en ese momento abandonar su centro de transmisiones satelitales, que se encuentra en la cima de una colina llena de árboles con vista de Caracas. Directv transmite aproximadamente un tercio de su programación a varias partes de Sudamérica desde ese sitio, según documentos de la firma.
Algunos en Estados Unidos, no obstante, temieron que si se presionaba demasiado a AT&T podría verse obligado a irse del país, algo que nadie quería pero terminó volviéndose una realidad este 19 de mayo de 2020.
Redacción Maduradas con información de The Associated Press
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