A 50 años del terremoto que derrumbó los edificios más altos de Caracas, hoy se cuestiona si la capital venezolana aguantaría un movimiento telúrico como el del 29 de julio de 1967.
Foto: EFE
De acuerdo con la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), 80% de la población vive en zonas de alta amenaza sísmica. Cabe destacar que Venezuela es un país situado geográficamente en una zona que mantiene actividad sísmica constantemente.
En caso de que ocurra un terremoto, las autopistas, sistema de cableado de telecomunicación y electricidad subterráneos, y carretera, serían las más afectadas.
Cristian Fuentes, periodista y bombero especializado en Reducción de Riesgos y Desastres de la Universidad de Kobe, en Japón, expresó que el problema, en caso de un terremoto en Caracas, radica en las estructuras de servicio público.
“Si el cableado se parte, no se puede determinar en donde hubo la falla, sino que se debe hacer un trabajo de reconstrucción completo”, dijo.
Explicó que los servicios de telecomunicaciones deben ser aéreos para poder dar respuestas rápidas en caso de que ocurra una catástrofe.
Agregó que muchos de los acueductos son improvisados, lo que aumenta el nivel de aguas en los terrenos, lo que genera mayor inestabilidad.
Alertó que el desastre sería mayor tomando en cuenta que los desagües están cerca de los acueductos. Si se rompe una tubería se contaminarían las aguas blancas y la ciudad además de incomunicada, quedaría sin el servicio de agua.
Sumado a esto, Fuentes indicó que otro de los graves problemas es el suministro de gas directo. Si este no se detiene durante el movimiento telúrico, al derrumbarse un edifico podría ocurrir una explosión.
Redacción Maduradas con información de El Cooperante
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