«Venezuela no es un país socialista, es un país con una economía capitalista de bodegones», señaló este lunes 7 de febrero Benedicte Bull, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Oslo y directora de la Red Noruega de Investigación de América Latina (NorLARNet) y la Academia de Gobernanza Global de Oslo.
En una entrevista ofrecida a BBC Mundo, Bull indicó que participó en un estudio hecho en colaboración con el Centro para la Investigación y Formación Obrera (CIFO), dirigido por Manuel Sutherland y Antulio Rosales, de la Universidad de New Brunswick, Canadá, llamada «Venezuela: de la crisis económica al capitalismo elitista bodegonero».
Cuestionada sobre qué representan los bodegones, en el sistema económico venezolano, apuntó: «Por una parte, representan la desregulación de la economía. Es un fenómeno de estudio interesante. También representan cómo esta apertura económica no planificada produce nuevas desigualdades», sostuvo Bull, quien remarcó que solo una «élite» es la que puede comprar mayoritariamente en los bodegones.
«Si se mide el éxito como una estabilización económica a largo plazo, mejor calidad de vida para la mayoría de los venezolanos, reducción de la pobreza, en ese sentido esas políticas no están funcionando», argumentó.
«Existe la noción de que el gobierno en Venezuela es socialista. Pero lo que vemos ahora es que la economía que está emergiendo está basada principalmente en el principio de obtener ganancias», explicó la especialista en alusión a su definición sobre la economía venezolana como «capitalista», pese a los esfuerzos de los últimos años por parte del chavismo de alejarse de ese sistema.
«Lo que ocurre es que algunos de los dueños de los bodegones tienen el permiso para operar con base en contactos con el gobierno. Pero eso es diferente. No hay una lógica alternativa al capitalismo (…) Es un modelo capitalista, pero es muy diferente al capitalismo que tenemos en Noruega, el cual está muy regulado. Y tenemos espacios que no funcionan bajo una lógica capitalista, como la salud, la educación o muchos otros», subrayó.
EL GOLPE AL BOLSILLO
La Canasta Básica Alimentaria costaba 208 dólares en enero de 2020; en el mismo mes de 2021 su precio llegó a 251 dólares y para el primer mes de 2022 el costo llegó a 365 dólares, así lo precisó el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
En concreto, de acuerdo a la OVF, en dos años la canasta aumentó hasta en un 75%.
El OVF añadió que, con respecto a enero de 2021 la canasta alimentaria registró un incremento de 45,4%. Adicionalmente, señalaron que la inflación interanual fue de 405%.
Sin dudas, dichos datos dejan ver sus consecuencias en los bolsillos de los venezolanos. Por ejemplo, un kilo de arvejas partidas costaba 20,34 bolívares en el mercado Guaicaipuro (Caracas) el pasado jueves 3 de febrero, 30% más que la última vez que estuvo disponible en los anaqueles, según un reportaje realizado por el portal de noticias Efecto Cocuyo: a 15,68 bolívares, el 11 de noviembre de 2021.
Vale destacar, que mientras la Canasta Básica Alimentaria supera los 350 dólares, el salario promedio oficial de los venezolanos no pasa de los cuatro dólares y cualquier producto en los llamados bodegones ronda como mínimo los 10 dólares.
Redacción Maduradas con información de BBC Mundo y Efecto Cocuyo