Poco a poco el chimó se ha ganado un espacio en el mercado informal de Chile. El «tabaco masticable», altamente popular en Venezuela, ahora se comercializa en esta nación llena de migrantes venezolanos. Sin embargo, no ha escapado a la polémica por resultar perjudicial para la salud si se consume de manera indiscriminada.
Aunque su venta no está prohibida en Venezuela ni en Chile, su uso excesivo sí puede implicar varios riesgos físicos y volverse adictivo. Investigadores han demostrado que el consumo frecuente de chimó puede afectar la salud bucal y dental.
«Él genera lesiones importantes en boca, lo que pasa es que a veces la gente lo consume porque piensa que es menos fuerte que el cigarrillo o el tabaco y resulta que de igual manera causa ciertos problemas a nivel oral», explicó a El Diario una odontóloga llamada Yumelis Bruces López.
Entre las afecciones más comunes mencionó: acumulación de placa bacteriana, cálculo dental, cambio del PH en la saliva, mal aliento, lesiones periodontales y daño en la apariencia de la dentadura.
El chimó o chimú llanero es un tabaco «curado» con hojas de tabaco, que crea una jalea de consistencia similar a la pasta dental, pero de color negro o café oscuro. Se dice que tiene efectos estimulantes y terapéuticos.
Walter Dupuoy, en su libro Aspectos folklóricos del uso del chimó (1952), explicó que el uso del chimó se remonta a épocas precolombinas entre indios de la Sierra Nevada.
Redacción Maduradas con información de El Diario
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