Diosdado Cabello asumió la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), algo que pocos esperaban después de haber cargado con aquel remoquete de «perdedor», el mismo que traía desde la época del mandato de Hugo Chávez.
Créditos: REUTERS/Carlos García Rawlins
Las nuevas responsabilidades asumidas por Cabello tienen tres lecturas, según El Cooperante: el primero es que no hay muertos en la política, ahora Cabello tiene la ANC un poder originario y al cual deben subordinarse todos los poderes constituido. Acá se sabrá cuál es el poder real que tiene la ANC y se confirmará si Cabello es realmente el «número dos» del Gobierno.
En segundo lugar, quedó claro el descontento que existe en el Palacio Federal Legislativo y en las bases del partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), que aún sigue a Cabello y que no ha sido superado por el Movimiento Somos Venezuela, dirigido por Delcy Rodríguez.
Y en tercer lugar, se notó que en el poder no entienden la urgencia de estar unidos, algo que tampoco ha entendido la oposición, que no logra unificar ese 80% de rechazo hacia el Gobierno para lograr la salida.
Redacción Maduradas con información de El Cooperante.
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