El gobierno de Estados Unidos habría autorizado con la concurrencia del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, las Agencias de Inteligencia y el Comando Sur de las Fuerzas Armadas, una operación coordinada de contacto con un grupo seleccionado de altos mandos militares de ese país.

Foto: La Razón
Una fuente en Washintong reveló a la ABC que los uniformados venezolanos reciben llamadas a los números telefónicos fijos de sus residencias privadas, a cualquier hora del día, también los llaman a sus teléfonos móviles e incluso a través de familiares directos.
Al otro lado de la comunicación se escucha a una persona que no se identifica y habla en español, quien le informa sobre los cargos que se le imputarán en el momento que caiga el régimen de Nicolás Maduro, les recuerdan que tienen conocimiento de las propiedades que poseen y se las mencionan para comprobarlo, finalmente les recuerdan que por su bien y el de sus familias deben hacer lo correcto. Después, cuelgan.
En Venezuela hay 2.000 generales, al menos 800 fueron nombrados por Maduro, los restantes son “eslabones débiles en la cadena de mando” quienes pudieran dar la espalda al “régimen” con el impulso necesario, siendo éste el propósito.
Según la fuente, en las últimas semanas ha habido decenas de llamadas de este tipo, “que han tenido conocimiento de las deliberaciones en el Consejo de Seguridad Nacional, presidido por el veterano diplomático John Bolton. Este es responsable en la Casa Blanca de una campaña de presión sin precedentes para forzar la marcha de Maduro”, explica la ABC.
Las duras sanciones y la presión directa a militares busca propiciar la salida de Maduro del poder en Venezuela, pero si esto falla, habrá un paso final: una intervención armada multilateral.
Redacción Maduradas con información de ABC.