Australia anunció este sábado que restringirá la entrada en su territorio a viajeros que hayan visitado en las últimas dos semanas nueve países africanos donde se sospecha que circula la nueva variante omicrón de coronavirus, considerada de riesgo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Ministerio de Salud indicó en un comunicado que la medida, de entrada en vigor de forma inmediata, supone la prohibición de ingreso en el país para aquellos viajeros no australianos ni residentes que hayan visitado en los últimos 14 días Sudáfrica, Namibia, Zimbabue, Botsuana, Lesoto, Suazilandia, Malaui, Mozambique o las Islas Seychelles.
“Si las pruebas médicas muestran que hacen falta más acciones, no dudaremos en tomarlas. Y eso podría implicar reforzar o expandir las restricciones”, dijo a los medios el ministro de Salud, Greg Hunt.
Todos los viajeros que ya estén en suelo australiano y hayan visitado alguno de esos países en las dos últimas semanas deben aislarse y someterse a pruebas de detección de COVID-19.
El grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reunido el viernes para analizar el impacto de la nueva variante del coronavirus detectada en Sudáfrica determinó que se trata de una “variante de riesgo”, posiblemente más contagiosa, y la bautizó con la letra griega omicrón.
La OMS reconoce que algunas de las nuevas mutaciones de la variante omicrón parecen sugerir una aún mayor capacidad de transmisión que cepas anteriores, con casos detectados “en casi todas las provincias sudafricanas”.
No indicaron por ahora si la nueva variante es más o menos resistente a las vacunas anti COVID, pero sí señalaron que los test de diagnóstico de la enfermedad con PCR parecen seguir valiendo para detectarla.
La variante omicron preocupa a los expertos por el alto número de mutaciones que presenta, dado que en apenas dos semanas se han detectado ya una treintena, con casos confirmados en Sudáfrica, Botsuana, Hong Kong y Bélgica.
El grupo asesor de la OMS no emitió nuevas recomendaciones sobre limitación a los viajes u otras medidas sanitarias preventivas, pero sí pidió a la comunidad científica internacional que continúe los trabajos de seguimiento de ésta y nuevas variantes.
La OMS define una variante “de preocupación” cuando se ha demostrado que está asociada a uno o más de los siguientes cambios: aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de COVID-19; aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; o disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de las pruebas diagnósticas, las vacunas y los tratamientos disponibles.
Los expertos muestran su preocupación argumentando que podría tener mayor transmisibilidad que las variantes anteriores como la Delta: “Utilizando PCR, esta variante se ha detectado a un ritmo más rápido que las anteriores oleadas de infección, lo que sugiere que esta variante puede tener una ventaja de crecimiento”.
Australia tomó la medida de restringir la entrada en su territorio a viajeros después de haber relajado este mes sus restricciones fronterizas al permitir a residentes vacunados regresar al país sin necesidad de hacer cuarentena.
El país oceánico acumula más de 205.000 contagios de coronavirus desde el inicio de la pandemia, incluidos 1.985 muertos hasta el momento.
(Con información de EFE)