April Grierson, una maquilladora británica de 20 años, buscó ayuda médica cuando comenzó a presentar una intensa picazón en su piel, algunos pensaron que se trataba de sarna, pero al final era cáncer.
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La Nación.
La joven contó su historia a través de la red social Tik Tok y se hizo viral.
Ella inicialmente pensó que el sarpullido surgió por el jabón que usaba para lavar la ropa, cambió el producto, pero los síntomas continuaron.
«Me picaba todo el cuerpo desde la cabeza hasta los pies, al punto de llorar. Tenía la piel muy lastimada. La verdad es que no podía dormir prácticamente», explicó.
La joven probó distintas alternativas, envió a su perro a otro lugar durante dos semanas para determinar si era una alergia, pero tampoco funcionó.
Cuando acudió al médico le enviaron tratamiento para la sarna, tomó pastillas y usó cremas aunque no estaba convencida de ese diagnóstico: «Sabía que no podía ser sarna porque es altamente contagiosa y mi novio no tenía ningún síntoma«.
Realizó otras consultas por teléfono porque no podía ir a un consultorio debido a la pandemia, envió imágenes de su piel a los profesionales que le indicaron que no había marcas distintivas para hacer un diagnóstico.
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La Nación.
Luego apareció un bulto extraño en su cuello que creció rápidamente, esto la llevó a tomar una cita en un centro especializado de cabeza y cuello, le ordenaron análisis de sangre, biopsia y una tomografía.
Finalmente obtuvo un diagnóstico acertado: tenía Linfoma de Hogdkin en grado dos, un tipo de cáncer en la sangre.
La joven registró en video todo el proceso que vivió para ser diagnosticada, en poco tiempo alcanzó más de cinco millones de vistas y más de medio millón de «me gusta».
Ahora atraviesa un tratamiento de quimioterapia de seis meses con dos sesiones semanales para atacar el linfoma, el tumor que detectaron en su cuello se ha esparcido hasta su pecho y su tráquea.
Antes de iniciar la quimioterapia se sometió a un proceso de congelamiento de sus óvulos en caso de que su fertilidad quede comprometida, pero las drogas de fertilidad causaron un síndrome de sobre estimulación en la zona ovárica, lo que derivó en que sus ovarios se volvieron más grandes y filtraron líquido a otras partes del cuerpo.
Fue internada durante dos semanas por tener fluidos dentro de sus pulmones, cuando superó esa complicación los médicos removieron siete óvulos y cuatro embriones.
«Estoy generando conciencia a partir de todo esto que pasé. Quiero que las personas entiendan que nadie conoce su propio cuerpo como ellas», señaló.
Al tiempo que agregó: «Si mi historia ayuda a alguien, va a una consulta al hospital y escucha a su cuerpo, entonces estaré muy agradecida«.
Redacción Maduradas con información de La Nación.
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