Lloyd Austin, quien guió a las tropas estadounidenses en su incursión en Bagdad en 2003, fue seleccionado por el presidente electo Joe Biden para convertirse en el primer secretario de Defensa afroestadounidense, reportaron este lunes varios medios locales.
Veterano de conflictos en Irak y Afganistán, el general retirado de 67 años superó a la hasta ahora favorita para el puesto, la exsubsecretaria de Defensa Michele Flournoy, en medio de la creciente presión sobre el próximo presidente demócrata para que nombre a más miembros de minorías en puestos clave de su gabinete.
Biden podría revelar oficialmente su nombre el martes, dijo Politico, el primer medio en divulgar esta designación. The New York Times, CNN y el canal ABC luego confirmaron esta información, citando fuentes cercanas a la decisión. El equipo de Biden guardó silencio el lunes por la noche sobre esta noticia.
Si el Senado aprueba su designación, el exgeneral sería el primer afroamericano en liderar el mayor ejército del mundo, en el que la comunidad negra está fuertemente representada.
Exdirector del Comando central del Ejército, el organismo que supervisa las acciones militares en Oriente Medio, Austin habría sido elegido sobre Flournoy, que sonaba para convertirse en la primera mujer en liderar el Pentágono.
Excepción complicada
Austin pasó cuatro décadas en el Ejército, se graduó de la Academia Militar de West Point y siguió una carrera con una amplia gama de asignaciones, desde liderar pelotones, dirigir grupos de logística y supervisar reclutamientos, hasta puestos de alto nivel en el Pentágono.
En marzo de 2003 ofició como asistente del comandante de división de la 3ª División de Infantería cuando esta marchó de Kuwait a Bagdad en la invasión estadounidense de Irak. Y desde finales de 2003 hasta 2005, estuvo en Afganistán al mando de la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada 180, principal grupo de operaciones destinado allí para estabilizar la región.
Asumió como jefe del Centcom en 2013, por lo que estuvo al frente de la lucha contra el grupo Estado Islámico. En ese puesto sustituyó a Jim Mattis, quien se desempeñó como secretario de defensa del presidente republicano Donald Trump entre 2017 y 2019.
Se retiró en 2016 y pasó a la industria de la defensa, como muchos de sus predecesores. Es miembro de la junta directiva de Raytheon Technologies y esa posición le ha valido las críticas de algunos sectores progresistas.
Para asumir, requeriría una aprobación especial del Senado debido a la ley federal que requiere que los oficiales militares esperen siete años después de jubilarse para servir como jefe del Pentágono.
La exención ha ocurrido dos veces, la más reciente para Mattis, primer secretario de defensa de Trump.
Pero los miembros del Senado se pusieron de acuerdo a regañadientes, en medio de preocupaciones sobre las opiniones de Trump sobre las fuerzas armadas, y varios legisladores dijeron en ese momento que no querrían volver a hacerlo.
«No debería ser considerado por la misma razón que el secretario Mattis no debería haberlo sido», dijo el congresista Justin Amash en una publicación en Twitter.
«La ley prohíbe a los miembros recientemente retirados de las Fuerzas Armadas servir en esta posición civil. Biden sería el segundo presidente consecutivo en violar esta norma«, subrayó.
Austin tendría bajo su responsabilidad a los 1,2 millones de miembros en servicio activo, de los cuales alrededor del 16% son negros. Pero los afroestadounidenses prestan servicio de forma desproporcionada en rangos inferiores y pocos han alcanzado posiciones de alto mando.
El problema quedó más expuesto durante el año pasado cuando hombres y mujeres afroamericanos expresaron su apoyo al movimiento nacional «Black Lives Matter» contra el racismo y el abuso policial.
AFP
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