El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió el lunes que pondrá fin “ahora” a las protestas violentas en las principales ciudades del país y dijo que desplegará al Ejército si los alcaldes y los gobernadores se niegan a llamar a la Guardia Nacional.
Mientras Trump hablaba en el Rose Garden de la Casa Blanca, imágenes de televisión en vivo mostraban a la policía disparando gases lacrimógenos para disipar a los manifestantes en Lafayette Park, muy cerca de donde se encontraba el mandatario.
“Los alcaldes y gobernadores deben establecer una presencia policial abrumadora hasta que la violencia haya sido sofocada”, dijo Trump.
“Si una ciudad o estado se niega a tomar las medidas necesarias para defender la vida y la propiedad de sus residentes, entonces desplegaré al Ejército de Estados Unidos y resolveré rápidamente el problema por ellos”, añadió.
Las manifestaciones, que surgieron en momentos en que el país reanuda la actividad económica tras los confinamientos para evitar la propagación acelerada del coronavirus, comenzaron como protestas pacíficas por la muerte de un afroamericano, George Floyd, durante su arresto en Mineápolis el lunes pasado.
El forense del condado de Hennepin determinó que la muerte de Floyd fue un homicidio, informaron medios locales, en línea con los hallazgos de una autopsia independiente ordenada por la familia de Floyd divulgada el lunes que encontró que el deceso se produjo por “asfixia mecánica”, es decir, por alguna fuerza física que interfirió con el suministro de oxígeno.
Las revelaciones surgieron después del diálogo entre Trump y los gobernadores.
“Tienen que imponerse”, había dicho Trump a los gobernadores más temprano en una conversación privada a la que tuvo acceso Reuters. “Si no se imponen, estarán perdiendo el tiempo, los van a atropellar, van a parecer un montón de idiotas”.
Decenas de ciudades en todo Estados Unidos permanecen bajo toque de queda a un nivel no visto desde los disturbios posteriores al asesinato en 1968 del activista por los derechos civiles Martin Luther King Jr. La Guardia Nacional está desplegada en 23 estados y en Washington D.C.
El toque de queda se extendió en Washington D.C., donde las autoridades intentaron contener varios focos de incendios cerca de la Casa Blanca.
Una persona murió durante la madrugada en Louisville, Kentucky, donde la policía y efectivos de la Guardia Nacional se enfrentaron a manifestantes.
Derek Chauvin, el oficial involucrado en el incidente, fue acusado de homicidio en tercer grado la semana pasada, pero fue puesto en libertad luego del pago de una fianza de 500.000 dólares y debe comparecer ante el tribunal el 8 de junio, según registros carcelarios.
https://twitter.com/ResisTemplario/status/1267613831376916483?s=20
En la capital de Estados Unidos, la St. John’s Episcopal Church, un histórico recinto religioso cerca de la Casa Blanca donde han estado muchos presidentes del país, sufrió daños menores mientras que la cercana sede del grupo laboral AFL-CIO fue destrozada.
La muerte de Floyd es el más reciente hecho que provoca una protesta en contra del racismo en la policía estadounidense. También reavivó la indignación en un país dividido política y racialmente que ha sido muy golpeado por la pandemia de coronavirus, que a su vez ha impactado de forma desproporcionada a los afroamericanos.
El Departamento de Justicia ordenó a la Oficina Federal de Prisiones que envíe equipos antidisturbios a Miami y Washington D.C. para ayudar a sofocar las protestas, dijo un funcionario de alto rango del departamento a periodistas.
Investigadores del departamento están interrogando a personas que han sido arrestadas durante las protestas y que podrían enfrentar cargos federales por delitos como cruzar fronteras estatales para incitar a la violencia, según el funcionario.
Redacción Maduradas con información de Reuters
Más noticias: