Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia han permanecido tensas durante prácticamente dos décadas, y la frontera de 1.300 millas que comparten ha estado cerrada durante periodos extensos.
Foto; Reuters / Marco Bello
Sin embargo, esas tensiones han escalado al ámbito internacional, con la entrada en escena de Estados Unidos y Rusia, países que han apoyado a diferentes partes dentro de una competencia mayor por la influencia.
Colombia es la nación que más migrantes venezolanos ha recibido. Cifras de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) aseguran que 1,5 millones de connacionales residen en el vecino país.
La crisis que afronta Venezuela, que ha llevado a millones de ciudadanos a abandonar el territorio nacional, ha sido una de las razones por las que el gobierno de Iván Duque ha adoptado una posición condenatoria y firme contra el régimen de Nicolás Maduro.
Aunado a ello, el presidente Duque ha manifestado en reiteradas ocasiones que uno de los principales problemas que tiene su Ejecutivo con el oficialismo, es que grupos guerrilleros y bandas criminales colombianas operan con total impunidad en Venezuela e incluso, cuentan con el respaldo de Maduro.
Las tensiones pasaron a un nivel superior cuando en septiembre Maduro decretó la alerta naranja en la frontera con Colombia, donde realizó ejercicios militares ante un posible ataque del vecino país.
El régimen venezolano movilizó a cientos de soldados, vehículos blindados, aviones, lanzacohetes móviles y sistemas antiaéreos, entre los que se encontró el S-300 de fabricación rusa.
El canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujilló calificó esos simulacros como “una amenaza” que evidenció “las malas acciones consistentes de un gobierno (de Maduro) que crea situaciones de crisis”.
El régimen de Maduro está “gastando dinero en mover sus fuerzas para hacer una declaración a los vecinos”, dijo el almirante de la Marina estadounidense, Craig Faller, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos. Añadió que el líder oficialista es apoyado por Rusia, Cuba y, en menor medida, China.
“Parte del intento (de Maduro) de demostrar que todavía es capaz y que tiene fuerzas militares”, señaló Faller. “Siempre estamos preocupados por el ejército de una nación. Nunca descartaría o desacreditaría a las fuerzas de alguien como incapaces. Ese no es el enfoque correcto para la planificación”.
Estados Unidos “analizará lo que tienen (los venezolanos) o lo que podrían tener, y trabajamos en eso continuamente y compartimos esa evaluación con nuestros socios”, precisó el almirante norteamericano. “Así que estamos monitoreando eso y compartiendo información sobre eso, y también nos da una indicación de la preparación de esas fuerzas”.
“Hay cientos de rusos en Venezuela”, y ese país tiene “una cantidad significativa de armas rusas … y el apoyo ruso para mantener (y) mejorar esas armas”, expresó Faller. “Esa es una línea principal de esfuerzo para Rusia”.
Esos técnicos rusos que llegaron a Venezuela el 25 de septiembre, como los encuentros de Maduro con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el despliegue de bombarderos esa nación en el territorio nacional en diciembre pasado, han llevado las tensiones actuales más allá de una disputa regional.
“No se puede negar que la crisis de Venezuela ha sido moldeada cada vez más por tendencias geopolíticas más amplias”, mencionó Geoff Ramsey, director asistente de Venezuela en Grupo de defensa de los derechos de la Oficina de Washington para América Latina.
Agregó que “Rusia definitivamente está profundizando su posición en Venezuela, tanto a través de contratos petroleros como militares”.
La amplia ayuda con capital humano y armamento militar de Rusia al régimen de Maduro, ha llevado a que Estados Unidos ofreciera vender a Colombia 15 aviones de última generación del F-16, según Foreign Policy.
Redacción de Maduradas con información de Business Insider.
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