La escasez de insumos médicos y la decadente situación de los centros clínicos ha colocado a los hospitales en situaciones delicadas en lo que respecta a la atención brindada a los pacientes. Ese es el caso del Hospital Clínico Universitario y el Periférico de Catia: dos centros de salud con gran ingreso y permanencia de pacientes que se encuentran funcionando con enormes carencias.
El Clínico Universitario, popularmente conocido como el «clínico», funciona en el campus de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y, aunque aparentemente, mantiene su operatividad, lo cierto es que no todos los quirófanos lo están y el área de traumatología mantiene en lista de espera a pacientes hasta por 3 meses por falta de insumos para atenderlos.
No solo eso, tampoco hay anestesiólogos para atender a quienes requieren cirugía, por lo cual los lapsos de espera pueden extenderse aún más.
Aunque las comidas se reparten, por igual, para todos los pacientes, no son completas. Por lo general, están compuestas por un bollito con queso o pasta con ensalada y sopa.
Personal de la institución asegura que en lo que respecta a la alimentación, «no hay calidad de nada», ya que la comida, como salga, se sirve.
El Hospital Periférico de Catia es otra historia. Igual se ha visto afectado por la falta de insumos, pero este centro médico se ve deteriorado especialmente por la insalubridad.
La morgue no funciona y los cadáveres reposan en las afueras de lo que era el depósito cuando aún estaba operativo hasta hace 3 años. Algunos cuerpos son cubiertos con sábanas, pero otros descansan sin protección para quienes pasan por las cercanías.
En un trabajo de Tahiana González, publicado en El Nacional, se explica que el olor que reina en el centro médico es una mezcla de la basura acumulada en las afueras de la morgue, humedad y putrefacción de los cuerpos, en algunos casos, en estado de descomposición.
Sin embargo ese no es el único de los problemas del Periférico de Catia: el camión de basura pasa, aproximadamente, cada 2 días. En una oportunidad, pasó a los 8 días por lo cual 5 cadáveres estallaron.
A los internados se les ofrece únicamente para comer arroz, fruta y chayota, por lo cual los familiares de los pacientes suelen llevar su propia comida.
Los ascensores dejaron de funcionar en 2016 por lo que los pacientes son movilizados por las escaleras.
Redacción Maduradas con información de El Nacional
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