La diáspora de venezolanos hacia el exterior no es la única movilización que se produce producto de la crisis, también están aquellos que se mudan desde el interior a Caracas huyendo de los apagones, una problemática que se agudiza con el transcurrir de los meses.
Es la historia Paola Villalobos, una venezolana de 30 años, nacida en Maracaibo (Zulia), siente que Caracas «es otro mundo».
«Los caraqueños me dicen que estoy loca, que esto es igual un caos, pero el deterioro del país se siente un poco menos aquí», dice Paola, dedicada a la administración de cuentas empresariales en redes sociales.
Lo que cuenta realmente es así. Maracaibo y la mitad de los poblados de su estado, Zulia, experimentan desde hace seis meses interrupciones eléctricas programadas que duran al menos 12 horas cada día. En ocasiones, los cortes se prolongan por 18 o 20 horas.
Una diferencia que hace de Caracas un paraíso a pesar de los breves apagones, del colapso del Metro o el racionamiento de agua impuesto por el régimen desde hace algunos años.
Redacción Maduradas con información de El Nacional
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