La crisis de Venezuela dominó, como era previsible, la jornada inaugural de la 49 Asamblea General de la OEA este miércoles 27 de junio en la ciudad colombiana de Medellín donde abundaron las críticas al régimen de Nicolás Maduro, tachado sin ambages de “dictadura”.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, no economizó acusaciones a Maduro, inclusive de cometer “crímenes de lesa humanidad” contra su propio pueblo, en una rueda de prensa que dio antes de la inauguración junto con el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo.
“Nicolás Maduro es un dictador, un usurpador con todas las de la ley, con todas las letras en mayúsculas. Es responsable de crímenes de lesa humanidad, de torturar, de tener presos políticos, de detenciones arbitrarias, de ejecuciones extrajudiciales, de asesinatos de manifestantes, de la más profunda crisis humanitaria que ha tenido un país en este hemisferio, de la peor crisis migratoria de este hemisferio”, señaló.
Sin citar a ningún país, Almagro afirmó que la OEA debe evitar “las trampas que las dictaduras y los autoritarismos han tendido en el pasado” y tienden en el presente para enfrentarse entre Estados democráticos.
El discurso del secretario general contrastó con el presidente colombiano, Iván Duque, quien invocó la obligación que tiene el continente de liberar al pueblo venezolano de la “dictadura”.
“No podemos mirar a la lejanía lo que está ocurriendo, nuestro deber es la dictadura finalizada, nuestro deber es la dictadura doblegada, nuestro deber es la libertad del pueblo venezolano”, afirmó.
Duque pidió “llamar las cosas por su nombre” y en ese sentido señaló que la OEA y el Sistema Interamericano deben ser capaces de “denunciar a tiempo las ‘dictocracias’, porque por años se miró al costado cuando se estaba destruyendo, a través de esa figura, a Venezuela”, donde dijo que impera “la más brutal de las formas de opresión”.
Pese a los llamamientos a mantener la presión contra Maduro, existe un consenso en la región en cuanto a que una salida a la crisis debe ser por la vía diplomática y nunca la militar.
Redacción Maduradas con información de EFE
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