El informe de la autopsia de la estrella de la música Michael Jackson arrojó escalofriantes detalles del estado físico que tenía el denominado rey del pop, cuando murió a los 50 años a causa de un paro cardíaco provocado por una sobredosis de propofol, un potente calmante.
Estaba calvo y tenía cicatrices en todo el cuerpo, producto de las cirugías estéticas y de las inyecciones de analgésicos. Sus cejas, labios y cuero cabelludo estaban tatuados, se asegura en el informe.
De acuerdo con The Sun, el cantante tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día.
Además, sus rodillas estaban «misteriosamente magulladas» y tenía cortes en la espalda. Su cuerpo también estaba manchado, lo que confirma que sí padecía vitiligo, una enfermedad de pigmentación.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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