El fiscal general del régimen, Tarek William Saab, descartó este jueves 23 de noviembre que el fallecido cantante venezolano, Tirone González, sufriera de esquizofrenia, como habría asegurado la única testigo del caso, Natalia Améstica.
Saab, quien ha estado al frente del caso que fue reabierto el pasado sábado 18 de noviembre, afirmó que «no había soporte médico de que Tirone González, Canserbero, sufriese de esquizofrenia». «No existe algún récipe médico sobre el tratamiento para dicha enfermedad, tampoco alguna crisis de ese calibre en días anteriores, meses, semanas o años, tampoco», enfatizó.
Según la versión de Améstica, citada por Saab, Canserbero presuntamente habría presentado una «crisis de esquizofrenia», por lo que habría llamado al 911 por el supuesto estado en que se encontraba el rapero. Cuando llegaron las autoridades, el cuerpo sin vida del cantautor fue encontrado en la entrada de la residencia donde ocurrieron los hechos, con cuatro heridas.
Para entonces, su muerte y la de Carlos Molnar, quien lo invitó a su residencia a pasar la noche, fue tratada como un homicidio-suicidio. Sin embargo, Saab puso en duda esta versión y reconoció que en aquella ocasión «hubo negligencia del Ministerio Público». El fiscal explicó que tras los más recientes estudios realizados en el lugar de los hechos, fue imposible determinar que Canserbero se lanzó del décimo piso del edificio.
Tarek William Saab: Esto también fue reseñado por los medios de comunicación. Hubo negligencia del Ministerio Público en ese entonces con este caso
— Ministerio Público venezolano (@MinpublicoVEN) November 23, 2023
«Si el cuerpo se precipitó en caída libre, tuvo que haber impactado en repetidas ocasiones con los obstáculos que había en la estructura del edificio, lo cual genera una caída irregular, por lo que se dificulta establecer como hecho cierto que Canserbero se lanzó, o si hubo una fuerza externa que generó el impulso. Esto desmiente la tesis de la primera investigación», sostuvo.
Asimismo, recalcó que les llamó la atención el hecho de que las romanillas de las ventanas fueron retiradas de las ventanas antes de supuestamente lanzarse, «lo cual indica método, no desesperación».
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Redacción Maduradas