¡TE LOS RECORDAMOS! Los cuatro momentos que han puesto contra las cuerdas a Maduro en sus 5 años de gobierno

El pasado 14 de abril el presidente Nicolás Maduro cumplió cinco años de ser proclamado como primer mandatario nacional, tras  ser declarado vencedor en unas polémicas elecciones cuyo resultado fue denunciado como «fraudulento» por su contendor, Henrique Capriles.

Las denuncias del fraude no procedieron en instancias locales y las acciones internacionales por esa causa no tuvieron mayor resonancia,  por lo que el jefe de Estado se aproxima a terminar su mandato constitucional.

Sin embargo, su poca popularidad y su cuestionable gestión política y económica que ha sumido al país en la pobreza generalizada lo ha hecho atravesar tensos momentos que conspiraron contra su permanencia en el poder.

Acá le hacemos un recuento de cuáles fueron esos momentos cruciales en los que su continuidad en la silla de Miraflores estuvo amenazada:

1) Las protestas del año 2014:

En febrero de 2014, estudiantes de todo el país salieron a las calles para iniciar una serie de protestas que se enmarcaron bajo el lema de «la salida» con las que buscaban presionar la dimisión del régimen por el deterioro de la situación económica y social del país.

Las protestas iniciaron de forma aislada en enero del mismo año en los estados andinos (Táchira-Mérida) pero los conflictos fueron en escalada y llegaron a Caracas y a las ciudades centrales.

Las manifestaciones y disturbios dejaron solo en el año 2014 un saldo de 43 fallecidos (oficialistas, opositores, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana entre otros), más de 486 heridos y 1854 detenidos. El Foro Penal Venezolano denunció 33 casos de tortura y de esa jornada datan inventos «siniestros» de reclusión de presos políticos como la llamada «tumba» del Sebin.

En el marco del inicio de esas protestas, se produjo la detención del dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López, señalado de dirigir estas protestas.

Esa primera oleada de protestas hizo a la comunidad internacional posar su mirada en Venezuela y comenzar a percibir un patrón  de violación de derechos humanos en el país.

2) El triunfo opositor en la Asamblea Nacional

Tras más de tres meses de protesta en 2014  y un llamado al diálogo por parte del gobierno que derivó en fracaso y que solo sirvió para «calmar» la calle, parecía que el gobierno se enfilaba hacia una victoria electoral en los comicios parlamentarios de 2015, ya que la oposición había perdido buena parte de su capital político por la mala conducción de un pueblo ávido de cambio.

Pero el descontento social y el galope de la crisis económica motivaron a los venezolanos cansados de hacer cola a votar en masa contra los candidatos gubernamentales. Llegaron las elecciones del 6 de diciembre de 2015 y contra todo pronóstico, la Mesa de la Unidad Democrática conquistó 112 de los 167 cargos de diputados, obteniendo 56m2% de los votos, en lo que sería la primera victoria electoral de peso para la oposición en 17 años. 

La situación parecía ponerse color de hormiga a Maduro, ya que con una mayoría calificada eran varios los recursos a los que la Asamblea Nacional podría recurrir para acortar el mandato del Presidente. 

Pero el régimen madurista, de la mano de un Tribunal Supremo de Justicia absolutamente servil a sus intereses, suprimió de un palmazo la mayoría calificada del Parlamento y le fue restando progresivamente funciones. Claro está también que la poca claridad política de la oposición y la imposición de agendas partidistas hizo que las decisiones cruciales que debían tomar los diputados se fuesen posponiendo, así que la AN quedó inhabilitada de facto y el gran potencial de cambio que representaba se diluyó.

Con todo y eso, el hecho de que finalmente la oposición hubiese conquistado un poder legítimo en el país le dio mayor notoriedad ante la comunidad internacional y se ampliaron las denuncias de la situación del país en todo el mundo gracias a sus voceros, que desde entonces fueron oficialmente recibidos por el mundo.

3) La épica del revocatorio

Los esfuerzos de un Parlamento venido a menos se enfocaron a mediados de 2016 en la tarea épica de lograr la realización de un referéndum revocatorio del mandato de Maduro.

Una gigantesca marcha el 1 de septiembre de ese año además anticipaba que los venezolanos estaban dispuestos a salir a la calle para salir a defender su derecho político de revocar a Maduro.

Como era de esperarse, el Consejo Nacional Electoral de Tibisay Lucena y su combo le «metió el pie» a esta iniciativa una y otra vez, añadiendo trabas y retrasos al procesamiento de las firmas hasta que en el mes de octubre,  decidió paralizar el proceso por completo obedeciendo las órdenes emanadas de juzgados de varios estados

«El CNE acata las medidas ordenadas por los tribunales y ha girado instrucciones de posponer el proceso de recolección hasta nueva instrucción judicial«, anunció el organismo en un comunicado publicado en su página de internet el 21 de octubre de 2016.

La decisión causó una molestia generalizada en el país que esperaba un llamado a la calle. De hecho, en una manifestación posterior al anuncio del CNE, se había fijado fecha para la temida marcha a Miraflores.

Pero nuevamente el gobierno se valió del recurso del diálogo como «salvavidas» de Maduro. Y la oposición cayó una vez más en el juego, amparados en el argumento de que en esta ocasión, contaban con la mediación del Vaticano y que las condiciones podían ser distintas.

¿Los resultados? Los mismos que en la ocasión anterior: Maduro ganó tiempo y oxígeno, el país entró en un espiral de deterioro progresivo y la oposición quedó desprestigiada ante la mirada impotente de los ciudadanos.

4) Las protestas del año 2017

Nada puso tanto a Maduro contra las cuerdas como la serie de protestas casi cotidianas que se desarrollaron en el país entre abril y julio de 2017, en las que también el primer mandatario nacional hizo gala de todo su aparato represor y encendió las alarmas de la comunidad internacional por las violaciones a los derechos humanos dentro del país.

Dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia que eliminaban lo que quedaba de Parlamento fueron el detonante de un malestar social que se hacía inocultable.

Cuatro meses de protesta, represión, violencia policial y parapolicial, muertes, llanto, luto, pero también de dimisiones importantes y fracturas dentro del chavismo que han generado una serie de repercusiones contra las aspiraciones de Maduro de permanecer mucho más tiempo en el poder, como la de la fiscal Luisa Ortega Díaz, quien desde el exilio ha denunciado al régimen de Maduro ante el Tribunal de la Haya y ha consignado pruebas en su contra por casos de corrupción, razón por la que se adelanta actualmente un proceso de antejuicio de mérito contra el primer mandatario nacional.

Líderes de todo el mundo alzaron su voz para denunciar la arremetida del gobierno y sus fuerzas de seguridad contra ciudadanos pacíficos en violentas jornadas que causaron la muerte de al menos 150 personas, miles de heridos y más de 200 presos políticos, así como decenas de exiliados.

En el marco de estas protestas, Maduro retiró al país de la Organización de Estados Americanos y organizó una consulta comicial de «emergencia» y saltándose todos lo contemplado en la Constitución.

Ante la creciente tensión, el presidente Nicolás Maduro salió el 1 de mayo con una propuesta unilateral: convocar, sin consulta popular previa, a la elección de una Constituyente que, aseguró entonces, devolvería la paz y la tranquilidad al país.

Mediante un proceso catalogado de fraudulento por Venezuela y el mundo, instauró una Asamblea Nacional Constituyente que pasó a ejercer de facto prácticamente las decisiones ejecutivas del país.

Las manifestaciones se desvanecieron con la instalación en agosto de la constituyente y luego el oficialismo dio la estocada final con dos procesos electorales consecutivos: regionales y municipales.

Por si fuera poco y por tercera vez, la oposición volvió a probar el «caramelo envenenado» del diálogo en el mes de diciembre. Otra vez, Maduro logró envolverlos con falsas promesas y cuando la oposición se levantó sin acuerdos de la mesa, el jefe de Estado convocó de forma adelantada a comicios presidenciales.

Redacción Maduradas

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