El régimen de Venezuela, Nicolás Maduro, y el presidente de Colombia, Iván Duque, protagonizaron este lunes un duelo simbólico en la apertura de las sesiones del Consejo de Derechos Humanos, en la que la crisis humanitaria en el primer país fue uno de los temas centrales junto con la pandemia de covid-19.
Duque dedicó parte de su discurso (transmitido de forma virtual) a denunciar los “crímenes atroces” que se cometen en Venezuela y pidió a la comunidad internacional que no muestre indiferencia ante esta situación.
Colombia sufre en primera línea los efectos de la crisis en el país vecino y actualmente acoge a más de dos millones de venezolanos, con los que su Gobierno seguirá mostrando solidaridad, aseguró el presidente Duque, una de las voces más críticas sobre Maduro en Latinoamérica.
A inicios de febrero el Gobierno colombiano presentó el llamado “estatuto temporal de protección para migrantes venezolanos”, destinado a regularizar la residencia y la inserción en el mercado laboral.
Sin embargo, Duque pidió que en paralelo se esclarezcan las responsabilidades por las violaciones de los derechos humanos en Venezuela, para lo cual respaldó las pesquisas que realiza una misión de investigación creada en 2019 por el Consejo de Derechos Humanos y que trabaja bajo el amparo de la Oficina de la alta comisionada, Michelle Bachelet.
En un primer informe, emitido el año pasado, esa misión confirmó la existencia de pruebas sobre graves violaciones a los derechos fundamentales, incluidas algunas que podían constituir crímenes contra la humanidad.
Minutos después tocó el turno de intervención – también virtualmente – Nicolás Maduro, quien sostuvo que las sanciones internacionales están impidiendo que su gobierno ofrezca una mejor respuesta a la crisis social y sanitaria causada por la pandemia.
Acusó a un “grupo de países” de intentar ejercer todo tipo de presiones, en particular económicas, para forzar a un cambio de gobierno en Venezuela, pero aseguró que el resultado es un agravamiento de la crisis humanitaria.
Según Maduro, su país afronta más de 450 medidas de sanciones, entre las cuales figura el bloqueo de activos en el exterior, una acción que ejercen en particular Estados Unidos y la Unión Europea.
“Los secuestradores de los activos y recursos del Estado venezolano han demostrado una gran crueldad, incluso en circunstancias de pandemia, desacatando los llamados de la comunidad internacional”, denunció Maduro.
La pandemia fue el gran tema de preocupación en la inauguración del primer ciclo de sesiones del CDH en 2021 y otro de los ejes del discurso de Duque, quien pidió “más solidaridad y cooperación internacional” para que las vacunas también lleguen a los más vulnerables.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recordó que cuando se cumplen dos meses desde que empezaron a inocularse las primeras dosis de vacunas (en Estados Unidos), tan solo diez países concentran el 75 % de dosis suministradas hasta el momento.
En cambio, 130 países no han puesto una sola dosis de alguna de las varias vacunas que distintas compañías han desarrollado contra la covid-19.
Guterres reiteró los llamamientos que se han lanzado desde la ONU para que se reconozca la vacuna como un “bien público mundial”, un concepto que podría contribuir a cambiar la forma en que se está gestionando la distribución de este producto.
En la misma sesión inaugural, la alta comisionada Michelle Bachelet señaló que la pandemia puso al descubierto “las realidades de discriminación, desigualdad profunda y subfinanciación crónica de los servicios esenciales, todo lo cual era ignorado por los responsables políticos”.
Bachelet fue más lejos y anticipó que la pandemia dejará como saldo una mayor pobreza extrema, más desigualdad, un retroceso en los derechos de la mujer y una reducción en las oportunidades de educación para los más jóvenes, todo lo cual será una gran sacudida para los fundamentos mismos de las sociedades.
Información de EFE.