Un trabajo de la BBC sobre la realidad de los recién nacidos en Venezuela recopila la historia de una mujer que intentó dar a su hijo en adopción y terminó víctima de una banda criminal de trata de personas.
EFE
En 2018, una mujer que por seguridad solo se identifica como Isabel estaba embarazada de su segundo hijo y esposo acababa de morir.
Un amigo cirujano plástico le propuso viajar a la isla de Trinidad para entregar al pequeño en adopción a través de una mujer colombiana que se encargaría de hacer el proceso legal.
La venezolana viajó para conocer a la pareja que quería adoptar a su hijo, pero no se comprometió a entregarles al niño: «En cuanto aterricé en Trinidad me di cuenta de que había caído en una red de trata de personas».
En ese momento se dio cuenta de la trampa: «Al contrario de lo que me habían prometido, no me habían comprado billete de vuelta a Venezuela».
Durante varios días estuvo encerrada en una casa de donde no podía salir libremente, hasta que dio a luz a un bebé prematuro en una clínica local.
«Entonces decidí quedármelo, pero la colombiana apareció con un abogado. Me dijeron que firmara unos papeles en inglés que no entendía y que entregara a mi hijo», contó.
Los nuevos padres eran una pareja formada por una italiana y un indio, estaban esperando al niño fuera del hospital. Ella se negó a entregarlo, pero las presiones continuaron.
«Me quitaron los alimentos, los pañales y las medicinas, y no me dejaban salir. Al final, tuve que dejar a mi hijo para salvarle la vida y poder regresar a Venezuela a pedir ayuda», explicó.
Las autoridades venezolanas no le prestaron ayuda, pero sí la ONG Defiende Venezuela, con cuyo apoyo inició una batalla legal en los tribunales de Trinidad que sigue en curso.
El pequeño está ahora en un centro tutelado por el gobierno trinitense y a ella solo le permiten verlo una hora a la semana.
Redacción Maduradas con información de BBC.
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