Un marinero fue condenado a ocho años de cárcel en Estados Unidos después de que su esposa muriera en el yate con el que surcaban la costa de Cuba durante su luna de miel.
Composición Maduradas / Fotos: La Vanguardia
Lewis Bennett, de 42 años de edad, fue sentenciado en la corte de Miami por la muerte de Isabella Hellmann, de 41 años, reseñó AP.
Bennet fue inicialmente acusado de asesinato y de hundir de manera intencionada el catamarán en el que viajaba con su esposa, aunque finalmente se ha declarado culpable de homicidio involuntario.
La pareja llevaba tres meses casada cuando decidió empezar la luna de miel a bordo de un barco que tenía que navegar por San Martín, Puerto Rico y Cuba a finales de abril del año 2017.
La pareja, que recientemente había tenido una hija, se encontraba navegando desde Cuba hasta su casa en Delray Beack, Florida, cuando Bennet envió una señal de socorro. Esto ocurrió el 15 de mayo del 2017, más de dos semanas después de que la pareja emprendiera el viaje.
El experimentado marinero, con doble nacionalidad británica y australiana, explicó que se despertó y se dio cuenta de que su esposa había desaparecido del barco. El hombre tardó 45 minutos en informar de la ausencia de su mujer, y lo hizo después de haber huido en una balsa salvavidas con baratijas cubanas, un juego de té y una jarra de mantequilla de maní.
La historia dio un giro inesperado cuando se descubrió que Bennet había estado contrabandeando con monedas con un valor de 30.000 dólares, por lo que los fiscales consideraron que tenía una razón para matar a su mujer.
El condenado había confesado que poseía una colección de monedas de oro y plata robadas a un empleador en San Martín hacía un año, lo que ocasionó una disputa entre la pareja.
Bennett fue condenado a siete meses de cárcel acusado de contrabando tras admitir que transportaba las monedas. A pesar de que el cadáver de su mujer nunca ha sido localizado, Isabella Hellmann ha sido declarada muerta a principios de este mes. Los fiscales alegaron que el marinero asesinó a su mujer y deliberadamente hundió el catamarán para acabar con “el conflicto matrimonial” y heredar la casa y la riqueza de ella. No obstante, consiguió que le rebajaran los cargos por haberlo hecho sin malicia y por haberse declarado culpable.
Redacción Maduradas con información de AP y La Vanguardia
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