n un suceso que ha cautivado a millones y reavivado el debate sobre la vida después de la muerte, Charlotte Holmes, una residente de Wichita, Kansas (EEUU), experimentó una experiencia cercana a la muerte que ha dejado una profunda huella en su vida.
De acuerdo con lo reseñado por medios locales, en 2019, durante una visita rutinaria al cardiólogo, el corazón de Holmes se detuvo durante 11 minutos, sumiéndola en un estado de muerte clínica.
Al revivir, Holmes compartió una narrativa extraordinaria. Según sus propias palabras, durante esos 11 minutos, Dios la condujo en un viaje que incluyó una visita tanto al cielo como al infierno.
Lo más sorprendente de su relato es la grata sorpresa que experimentó al visitar el infierno. Esta experiencia ha generado un gran interés tanto en la comunidad religiosa como en la científica, ya que desafía las concepciones tradicionales sobre la vida después de la muerte y plantea interrogantes sobre la naturaleza de la conciencia y la existencia humana.
“Pude ver a Danny de pie en una esquina (…). Pude ver a todas las enfermeras en la habitación. Entonces abrí los ojos y miré a mi alrededor. Podía ver los árboles, podía ver la hierba. Y todo se mecía con la música, porque todo en el cielo adora a Dios”, relató.
Sobre el cielo dijo: “Estaba muy por encima de lo que podemos siquiera imaginar por mucho. Es un lugar sin miedo, donde solo hay alegría. Vi a mi madre. Vi a mi papá. Vi a mi hermana. Vi a miembros de la familia parados detrás. No parecían viejos, no parecían enfermos, ninguno llevaba anteojos. Parecían tener unos 30 años y se veían muy bien”, manifestó.
Y también habló del infierno: “Miré hacia abajo, sentí un olor a carne podrida, y luego oí gritos. Después de ver la belleza del cielo, el contraste con el infierno es casi insoportable. Él dijo: ‘Te muestro esto para decirte, que si algunos de ellos no cambian su forma de vida, aquí es donde residirán’”.
La historia de Charlotte Holmes ha sido objeto de numerosos reportajes y entrevistas, y ha resonado profundamente en personas de diversas creencias y culturas.
Muchos ven en su experiencia una confirmación de sus creencias religiosas, mientras que otros la consideran una evidencia de la existencia de un plano espiritual más allá de la realidad física. Sin embargo, la comunidad científica ha sido cautelosa al abordar este tipo de relatos, ya que son difíciles de verificar y pueden estar influenciados por factores psicológicos y culturales.
Redacción Maduradas con información de La Nación
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