“Gritábamos para que abrieran la reja, pero nadie ayudó”, ese fue parte del desgarrador testimonio de un venezolano, quien sobrevivió al incendio que se registró en un centro de migrantes de México y que mató a al menos 40 apersonas.
«Gritábamos para que nos abrieran la reja de la celda, pero nadie nos ayudó», sostuvo el migrante venezolano, de 26 años de edad, en una entrevista telefónica concedida a la agencia de noticias Reuters, citada por la Voz de América (VOA).
Uno por uno, los otros migrantes comenzaron a morir, agregó Caraballo. «Cuando vi que todo comenzó a llenarse de humo, me preocupé mucho por mi familia», recordó, con la voz entrecortada. «No me dejes morir Dios mío», añadió.
Alguien finalmente abrió la puerta de la celda. «Me jalaron de la mano, creo que fue un bombero, y me ayudaron a salir, otros ya estaban muertos», dijo en medio de llantos.
REVELACIONES GRAVES
Un abogado aseguró que pidieron a las autoridades de vigilancia del centro detención de migrantes en Ciudad Juárez (México), que no abrieran las rejas y los dejaran salir.
Las revelaciones son del abogado Jorge Vázquez Campbell, quien está representando a algunos de los guardias y agentes de seguridad, quienes fueron señalados por las autoridades mexicanas, durante una entrevista concedida para el medio Border Report.
Afirmó que algunos de sus clientes estaban atemorizados por las consecuencias que podrían tener, muy a pesar de solo haber “seguido órdenes de sus superiores”.
“Llegaron aquí a pedir protección para que un juez federal emitiera un auto para protegerlos de una detención arbitraria. Me explicaron lo que pasó y me molesté tanto que archivé la información”, indicó al medio citado, afirmando que fue, justamente, el director regional del Instituto Nacional de Migración (INM) quien les pidió a los guardias que no abrieran las rejas para que salieran los migrantes.
“Estoy presentando una denuncia dando prueba de que el responsable de estos homicidios es el representante legal de inmigración en el estado. Lo llamaron para decirle que había un levantamiento en la estación y él les dijo, ‘déjenlos en paz y salgan de la estación’ (…) Con eso, todo comenzó a quemarse y matarlos”, expresó Vázquez.
El Gobierno mexicano reconoció, el miércoles 29 de marzo, su responsabilidad por la muerte de los migrantes en el incendio ocurrido en un centro de detención de Ciudad Juárez. En tanto, anunció que se imputará por homicidio a los supuestos responsables.
La secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, informó durante una rueda de prensa que ya han identificado a ocho funcionarios “probablemente responsables” por los hechos que desencadenaron en la tragedia y se emitió, en consecuencia y hasta ahora, al menos cuatro órdenes de captura.
Entre los funcionarios hay dos agentes federales, un agente estatal de migración y cinco funcionarios de la empresa de seguridad privada que trabajaba para el Instituto Nacional de Migración (INM), quienes “ya están rindiendo sus declaraciones ministeriales”.
“Reprobamos la mala actuación de servidores públicos que no se apegaron a los protocolos de protección a la vida y de protección civil”, expresó Rodríguez Velázquez.
El incidente ocurrió en las instalaciones que el INM tiene en el puente internacional Stanton-Lerdo en la norteña Ciudad Juárez, vecina a la estadounidense ciudad de El Paso (Texas), poco antes de la 10:00 de la noche del pasado lunes.
El canciller guatemalteco, Mario Búcaro, confirmó que 28 de los fallecidos son ciudadanos de su país y dijo que el gobierno trabajará para castigar a los responsables y reparar a los familiares.
La Fiscalía General de México, citando al INM, reportó que entre «los migrantes identificados» también hay 13 hondureños, 12 venezolanos, 12 salvadoreños, un colombiano y un ecuatoriano, sin diferenciar entre muertos y lesionados.
Redacción Maduradas con información de Border Report y VOA
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