La reciente noticia de que Edmundo González, candidato de la oposición venezolana, ha solicitado asilo en España ha generado un profundo impacto en la ya frágil esperanza de democracia en Venezuela.
@agusantonetti
González, quien se perfilaba como una figura clave para una posible transición política, abandonó el país en un avión de la Fuerza Aérea Española, sorprendiendo tanto a los venezolanos como a la comunidad internacional.
Esta decisión se produce en un contexto de represión y hostigamiento por parte del gobierno de Nicolás Maduro, quien ha intensificado su control sobre el país tras unas elecciones presidenciales altamente disputadas.
La salida de González representa un duro golpe para la oposición venezolana, que había depositado sus esperanzas en una salida negociada del régimen de Maduro, al menos así lo ha reseñado el diario The New York Times.
A pesar de la brutal represión y las tácticas autoritarias del gobierno, muchos venezolanos mantenían la esperanza de que González, un exdiplomático de voz suave, pudiera liderar un cambio pacífico, destacó el medio.
Sin embargo, su partida ha reducido significativamente esa posibilidad, dejando a la oposición con pocas opciones viables para desafiar el poder de Maduro, se apuntó en el texto de uno de los principales medios del país norteamericano.
La situación se agrava con el cerco de las fuerzas de seguridad venezolanas a la residencia diplomática argentina en Caracas, donde seis altos dirigentes de la oposición se han refugiado desde marzo.
Este acto de intimidación subraya la determinación del régimen de Nicolás Maduro de silenciar cualquier forma de disidencia y consolidar su control sobre el país.
Los esfuerzos de mediación por parte de países de la región, como Brasil, México y Colombia, no han logrado avances significativos, dejando a la oposición en una posición cada vez más precaria.
REACCIÓN DE LOS VENEZOLANOS
Chiquinquirá, secretaria de 60 años, dijo que estuvo a punto de desmayarse cuando se enteró de la marcha de González. “¿Y qué va a pasar con nosotros?”, dijo. “Yo me siento como un barco a la deriva”, agregó.
Lucía, administradora de 28 años, dijo sentirse triste, dolida y desmoralizada.
“Siento que nos desampara a todos los que decidimos quedarnos y dar una última oportunidad a unas elecciones en Venezuela”, dijo. “¿Cómo defiende uno que esta lucha sigue si el que es el presidente electo abandona el país?”, se cuestionó.
Redacción Maduradas con información de EFE y The New York Times
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