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El tiempo que le falta al mundo para que se produzca una extinción según la inteligencia artificial

A lo largo de la historia, diversas fechas y acontecimientos han sido vinculados con la idea del fin del mundo. Uno de los más significativos fue el 21 de diciembre de 2012, momento en el que numerosos individuos creían que el calendario maya presagiaba un cambio profundo en la humanidad. Sin embargo, ese día transcurrió sin ningún evento notable, lo que dejó a muchos con un sentido de desilusión y cuestionando la validez de tales predicciones.

EFE/ Andre Borges

En la actualidad, los científicos adoptan un enfoque más realista al abordar la noción del «fin del mundo». En vez de hablar de un único evento catastrófico, muchos expertos enfatizan la existencia de desafíos globales prolongados, como el cambio climático, la escasez de recursos y las tensiones geopolíticas.

La comunidad científica advierte que, si no se adoptan acciones contundentes para enfrentar estos problemas, podríamos enfrentar consecuencias severas en las próximas décadas. Sin embargo, esto no implica necesariamente que el mundo como tal llegue a su fin, sino que podríamos experimentar alteraciones profundas en nuestra forma de vida.

En el contexto actual y considerando el impacto del cambio climático, se han realizado estimaciones a partir de datos científicos y tendencias observadas.

Los especialistas advierten que el cambio climático representa uno de los mayores retos para la humanidad. Sin acciones drásticas para limitar el calentamiento global, las repercusiones podrían ser devastadoras. Informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indican que, de continuar con las emisiones actuales de gases de efecto invernadero, podríamos superar un aumento de 1.5 °C en la próxima década.

Para el año 2030, los efectos del cambio climático se manifestarán con mayor claridad. Se anticipan eventos climáticos extremos, como olas de calor, sequías y tormentas más intensas, que impactarán la agricultura, la salud pública y la infraestructura. La escasez de agua y el desplazamiento forzado de poblaciones podrían convertirse en problemas de gran magnitud.

Para 2050, si no se implementan medidas adecuadas, es posible que la temperatura global aumente hasta 2 °C o más, lo que provocaría transformaciones irreversibles en los ecosistemas.

El derretimiento de los glaciares podría provocar un incremento considerable en el nivel del mar, inundando áreas costeras y desplazando a millones de personas. Asimismo, la pérdida de biodiversidad se aceleraría, amenazando la seguridad alimentaria y la salud del planeta.

Hacia finales del siglo XXI, sin acciones efectivas, podríamos enfrentarnos a un aumento de 3 °C o más, lo que conllevaría a escenarios catastróficos. Esto podría resultar en extinciones masivas de especies, desastres naturales más frecuentes y severos, así como crisis humanitarias en gran escala que harían que algunas zonas del planeta se vuelvan inhabitables.

Aunque no se puede anticipar un «fin del mundo» literal, las proyecciones basadas en la ciencia sugieren que, sin una respuesta inmediata y eficaz contra el cambio climático, el mundo tal como lo conocemos podría experimentar cambios drásticos en las próximas décadas.

Redacción Maduradas con información de La Razón

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