La solidaridad puede cambiar vidas y muchas historias lo comprueban. Una de ellas es la de Floppy, un Poodle que, al igual que muchos otros perritos de la Venezuela de hoy, sufre por el alto costo de la perrarina en un hogar donde apenas se consigue lo básico para subsistir.
Composición Maduradas. Fotos: Cortesía: Rosángela Azócar
Hace semanas, a la redacción de Maduradas llegó un mensaje de Rosángela Azócar, la «hermana» humana de Floppy, quien hacía una petición de ayuda para poder comprar el alimento para su peludito. Decidimos hacer una nota para contar su historia y apelar a la solidaridad de nuestros lectores.
El jueves 14 de febrero la familia de Floppy nos escribió de nuevo para darnos una grandiosa noticia: varias personas —no solo de Venezuela sino también de Colombia, Chile, Estados Unidos y Portugal— se sensibilizaron con la situación del perrito y se solidarizaron con él.
Hoy Floppy puede consumir nuevamente su perrarina gracias al aporte solidario de Luis Bohórquez Vargas y su esposa, desde Colombia, y Jairo Duarte, David Moncada y Francisco García de Venezuela. Desde Maduradas les damos las gracias públicamente de parte de la familia de Floppy, que así nos lo ha pedido. También agradecen un donativo anónimo por Bs. 20.000.
Foto: Rosángela Azócar, hermana humana de Floppy
«Tenemos 24.000 bolívares más para comprarle otro kilo de perrarina. Tenemos la fe puesta en que todo esto va a cambiar y estamos seguros en Dios que las próximas se las compraremos con un sueldo digno y justo», comenta la «hermana» humana de Floppy.
En el video que presentamos a continuación usted podrá ver, después de un breve reportaje sobre la dolorosa situación que viven las mascotas en el país, una nota de agradecimiento de parte de la familia de Floppy a todos los ciudadanos que colaboraron para la compra de su alimento.
Redacción Maduradas