La crisis y el hambre hace que los venezolanos traspasen fronteras, literalmente, para conseguir alimentos básicos, los cuales desaparecieron de los anaqueles de los supermercados del país.
Cientos de venezolanos, en su mayoría provenientes de ciudades al sureste del país, recorren casi 600 kilómetros para abastecerse de productos en “la línea”, como es llamado el municipio brasileño Pacaraima, reseñó una nota de RT.
Foto: Nazareth Balbás
Los autobuses parten de ciudades como Puerto Ordaz, y de allí emprenden el viaje nocturno de casi doce horas, deteniéndose a cargar pasajeros en las localidades de San Félix, Upata, Guasipati, El Callao, Tumeremo, Las Claritas y el Kilómetro 88, donde cada vez más personas van a comprar alimentos y productos básicos en Brasil.
El viaje por alimentos implica atravesar seis municipios del estado Bolívar: Caroní, Piar, Roscio, El Callao, Sifontes y Gran Sabana. Antes de llegar a Pacaraima debe atravesarse el Parque Nacional Canaima por una carretera de dos canales, la Troncal 10, que en largos tramos está llena de baches y árboles caídos de la espesa selva húmeda.
“En la mañana habían dos mil pacas de harina, dos mil de mantequilla, dos mil de arroz, tres mil litros de aceite”, cuenta Heitor Dos Santos, un joven brasilero, dueño de uno de los 50 comercios que hay en Pacaraima. Como todos los días, los venezolanos se llevaron casi toda la mercancía.
Los precios, aunque elevados en comparación al precio oficial de los productos regulados, son más económicos de lo que se pagan en el pueblo donde viven, dijo Francisco garcía, quien agregó que “allá (Venezuela) todo lo que se consigue, si es que se consigue, es de bachaqueo”.
La mayoría de los comercios aceptan tarjetas de crédito y débito pero cobran 7 % adicional a cada factura, lo que hace más rentable realizar las compras en efectivo, morrales de efectivo. Los únicos billetes permitidos son lo de más alta denominación.
Con información de RT.
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