Familiares de 50 migrantes venezolanos que desaparecieron en 2019 en las aguas del Caribe exigen a las autoridades venezolanas retomar las labores de búsqueda.
De una primera embarcación, que zarpó el 24 de abril de 2019, desde Güiria, estado Sucre, solo nueve personas fueron rescatadas, de las otras 20 no hay información.
El segundo barco salió en mayo del mismo año, no hubo rastros de naufragio, aunque los allegados al capitán aseguran que dos olas voltearon la embarcación y todos murieron.
Ana, madre de una adolescente de 16 años de edad que salió hacia Trinidad y Tobago, dijo que su hija fue llevada bajo en gaño.
«Se habla de un secuestro en altamar porque no encuentra ningún indicio de que se hayan ahogados, de que el barco se haya hundido, porque ahí no se encontró absolutamente nada, ni cuerpos ni bolsos ni nada», manifestó.
La mujer, junto con los familiares de los demás desaparecidos, expresaron estar seguros de que estas personas fueron vendidas para una red de trata de personas en las islas.
Redacción Maduradas con información de VOA
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