Adelir Antônio de Carli era un sacerdote brasileño, quien estaba al frente de la parroquia de São Cristóvão, en Paranaguá, y había creado la Pastoral Rodoviária —un proyecto de atención a los camioneros que transitaban por la región— tuvo un trágico fallecimiento que ha enlutado y conmocionado a todo el país.
El cura tenía una peculiaridad: volaba enganchado a 1.000 globos inflados con helio.
De acuerdo a la información reseñada en el portal web del diario argentino El Clarín, era un paracaidista experimentado y sus vuelos querían llamar la atención de la gente y poder recaudar dinero para financiar las obras de un hotel para camioneros, un lugar de descanso para los conductores de paso por Paranaguá.
Sin embargo, la tragedia marcaría su final. El 20 de abril de 2018 Adelir De Carli emprendió un nuevo vuelo con la ayuda de un millar de globos de colores inflados con helio y sentado sobre una silla atada los globos, sin motor alguno.
Partió desde la ciudad de Paranaguá, en el sureño estado de Paraná, en Brasil y su destino era Dourados, una ciudad en el Mato Grosso do Sul, cerca de Paraguay. Un viaje que le demandaría unas 20 horas.
El sacerdote quería batir el récord de este tipo de vuelo, que pertenecía a dos estadounidenses que alcanzaron la marca de 19 horas volando con globos inflados con gas helio.
FINAL LAMENTABLE
Unos 20 minutos después de su partida se comunicó por celular y dio un dato inquietante: había alcanzado una altitud de 5.800 metros sobre el nivel del mar, cuando lo previsto era que volara a 3.000.
Rato después hizo un nuevo llamado y pidió a los servicios de emergencia ayuda y asesoramiento para utilizar el dispositivo de geolocalización por GPS que llevaba consigo, pero que no sabía usar.
A las 21 horas se comunicó con la Policía Militar cuando estaba a unos 25 kilómetros del municipio de São Francisco do Sul, en Santa Catarina. Luego de eso no se supo más de él.
Fue el 4 de julio, 75 días después de su vuelo, en alta mar, cerca de la costa de Maricá, en Río de Janeiro, a 1.000 kilómetros al noreste del lugar de su desaparición, un barco de Petrobras encontró los restos del padre.
Redacción Maduradas
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