Johnny Matey, padre de una de las desaparecidas en la embarcación de iban desde Güiria hasta Trinidad y Tobago en abril del año pasado, declaró nuevamente sobre la tragedia que embarga a su familia.
En declaraciones desde el Ministerio Público, Matey expresó: «No apareció ni un cuerpo, ni un salvavidas, ni un maletín, después de semanas y semanas de búsqueda. Por las características de la desaparición todo indica que es trata de personas”.
Dijo que su hija, Yodervys, de 22 años de edad, “no tenía como ganarse la vida». Estaba recién graduada y no tenía qué hacer, su esposo tenía un año trabajando en Trinidad y Tobago, ya estaba estabilizado y le dijo que se fuera.
La joven pagó 300 dólares que costaba el viaje de tres horas para poder llegar a ver a su esposo.
“Sepan que nuestras familias están desapareciendo, hay desapariciones forzadas en este país porque el hambre está forzando a nuestros hijos a irse en esas condiciones. Esto no es política, es hambre… A un muerto lo entierras, pero a un desaparecido lo lloras siempre“, recalcó Johnny Romero, un docente jubilado que ahora se dedica pelear por respuestas para estas 80 familias.
Redacción Maduradas con información de Sumarium
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