Carmen Guerrero es una paciente del hospital Vargas diagnosticada con varicosis, una enfermedad que cada día empeora por la falta de medicinas. Su lucha ha quedado en manos de extraños a quienes les pide colaboraciones en dinero para poder ayudarse.
“Me pongo es a llorar y a llorar. ¿Qué voy a hacer si no hay más solución?”, dijo la mujer.
Acudió al centro de salud en busca de atención médica, pero –al igual que en otras oportunidades- no logró ser atendida, solo salió del lugar con la caja vacía del medicamento que necesita tomar, Adalat Oro, un tratamiento costoso que no puede costear.
“Salgo a buscar a ver dónde consigo medicamentos. Salgo a caminar pero nada, nada. Gracias a Dios que ya medio camino para poder salir a buscarlos. Tengo que recoger dinero por ahí, pidiendo prestado. En la calle me pongo a pedir para completar”, contó la mujer, que reside en Carapita.
Sus hijos son parte de los venezolanos que abandonado el país en busca de un futuro mejor: “Me quedé sola con Dios y la Virgen, mientras mis hijos empiezan a trabajar en el extranjero. Eso me pegó mucho, no tengo ni para comer ni para nada”.
Dijo que todos los días sale a la calle, pese al dolor en su pierna, e intenta recorrer las farmacias para buscar las medicinas que necesita.
Redacción Maduradas con información de Caraota Digital.