La competencia de Miss Japón, llevada a cabo en Tokio, generó controversia luego de que la modelo ucraniana Carolina Shiino se llevara la victoria. La joven de 26 años de edad, siendo la primera ciudadana japonesa naturalizada en ganar, abordó los desafíos de aceptación durante su emotivo discurso, destacando que enfrentó barreras raciales para ser aceptada como japonesa.
Esta situación recuerda al concurso de 2015, cuando Ariana Miyamoto, una mujer japonesa-afroamericana, se convirtió en la primera Miss Japón de ascendencia birracial, generando debates sobre la elegibilidad de razas mixtas en estos certámenes. Ahora, con la victoria de Shiino, de herencia ucraniana sin linaje japonés, se intensifica la discusión.
Las redes sociales reflejan diversas opiniones, algunos aplaudiendo la victoria de Shiino como un signo progresista de los tiempos, mientras que otros expresan desaprobación argumentando que carece de la «japonesidad» esperada en una Miss Japón. Algunos incluso sugieren que la elección de Shiino fue influenciada políticamente.
“La elegida Miss Japón ni siquiera es una mezcla de japonesa, sino 100% pura ucraniana”, expresó un usuario en X.
En respuesta a las críticas, Ai Wada, la organizadora del concurso, defendió la elección de Shiino, elogiando su dominio del japonés y asegurando que los jueces la eligieron con «plena convicción». Wada afirmó que “ella es más japonesa que nosotros”.
A pesar del debate en curso, Shiino se mantiene firme en su autoidentificación como japonesa. En una publicación de Instagram del año pasado, al obtener la nacionalidad japonesa, afirmó que su mente se «volvió japonesa» a pesar de su apariencia europea.
Al aceptar la corona de Miss Japón 2024, expresó su gratitud por ser reconocida como japonesa, describiendo su victoria como «un sueño hecho realidad».
Redacción Maduradas con información de El Tiempo Latino
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