El gobierno de Uruguay se encuentra monitoreando con atención dos preocupantes asuntos: la posible incursión del grupo criminal venezolano “Tren de Aragua” y la creciente propagación del fentanilo, conocida como la “droga zombi”, que está causando estragos en Estados Unidos. El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, planteó estas alertas durante su participación en la reciente Cumbre Latinoamericana de Seguridad en Guayaquil, Ecuador.
Inés Guimaraens/El País
Martinelli enfatizó que estas cuestiones implican “preguntas difíciles”, pero resaltó la necesidad de que el gobierno actúe con “firmeza” y “valentía” frente a quienes quebranten la ley.
El Tren de Aragua, originalmente una estructura delictiva surgida en la cárcel de Tocorón, en el estado de Aragua, Venezuela, ha trascendido las fronteras nacionales. Se le vincula con actividades como el tráfico de personas, minería ilegal, secuestro, extorsión y el comercio de sustancias ilícitas como la cocaína o el éxtasis. Su influencia se ha extendido a varios países de América Latina, además, se le ha relacionado con actos de violencia y corrupción.
Incluso Estados Unidos no ha escapado de su impacto. El Departamento de Estado advierte que el Tren de Aragua utiliza sus redes transnacionales para el tráfico de personas, especialmente mujeres y niñas migrantes, con fines de explotación sexual y trabajo forzado.
Paralelamente, Uruguay enfrenta el desafío del fentanilo, una droga sintética extremadamente potente que ha cobrado vidas en Estados Unidos. Conocida como la “droga zombi” debido a sus efectos devastadores, el fentanilo se ha infiltrado en diversas regiones y preocupa a las autoridades sanitarias y de seguridad.
Aunque la Policía Uruguay aún no ha detectado la presencia del Tren de Aragua en su territorio, la vigilancia constante es crucial para prevenir su expansión. Asimismo, la lucha contra el fentanilo requiere una respuesta coordinada a nivel internacional.
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Redacción Maduradas con información de Infobae.
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