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¡VAYA, VAYA! El País: Vida y muerte de “El Koki”, de peligroso criminal a enemigo político de Maduro

El famoso criminal Carlos Luis Revete alias el Koki, dado de baja por las autoridades el pasado 8 de febrero en Las Tejerías en el estado Aragua, vivió una vida de fiestas, derroche de disparos y hasta fue catalogado como enemigo político de Nicolás Maduro, según lo reseño el diario El País.

Archivo

Revette falleció a los 44 años, luego de haber liderado la banda de la Cota 905, donde realizó la mayoría de sus  operaciones delictivas y tenía azotada a la población.

El régimen de Nicolás Maduro intentó convertir su captura en un objetivo político, pese a que en al menos dos oportunidades pactó una tregua con su banda, según investigaciones de Insight Crime. 

En una oportunidad el Koki apareció vistiendo una supuesta camisa del partido Primero Justicia, lo cual bastó para que el jefe de la ilegitima Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, lo declarara un agente de la oposición y le pusiera precio a su cabeza: 500.000 dólares. Siete meses después, la policía que durante años lo dejó reinar en la Cota 905 finalmente lo encontró.

Maduro ha dicho en una alocución de esta semana que El Koki fue armado, entrenado y financiado por el Gobierno colombiano de Iván Duque, discurso usado frecuentemente por el régimen, Maduro aseguró que su regreso desde la clandestinidad en la estuvo los últimos meses tendría como objetivo instalar “una base paramilitar” en la zona donde fue asesinado.

En julio del año 2021, la banda del Koki lideró enfrentamientos con los cuerpos de seguridad por al menos cuatro días, también circuló una foto en la que aparecía con camiseta blanca y cadena de oro con su nombre, aclarando que su apodo era “Koki” y no “Coqui”, como la prensa y la policía lo identificaban hasta entonces. 

En los tiroteos que comenzaron el domingo pasado y paralizaron el tránsito en la autopista Regional del Centro durante siete horas, la policía encontró un celular que supuestamente pertenecía al delincuente. Una última selfie encontrada en ese teléfono, en la que aparecía con la misma camiseta blanca, pero con el cabello más largo y una barba de pocos días, fue la confirmación de que Revete se había refugiado en esas montañas gracias a sus alianzas con Carlos Enrique Gómez Rodríguez, alias El Conejo. Esa fue la pista para encontrarlo y darlo de baja, según las versiones policiales.

Después de esta imagen, es la foto de su cadáver en una mesa de autopsias la que se ha viralizado en las redes sociales esta semana como máxima prueba de que el régimen logró su objetivo ante la desconfianza generalizada con las autoridades. 

La banda de la Cota 905 fue comandada por El Koki a partir de 2015, cuando su antiguo líder alias El Chavo fue asesinado, acumula varios hitos en la criminalidad. Fueron los primeros en construir alianzas sólidas con bandas de territorios vecinos y compartir los negocios, una estrategia que permitió sumar hombres —más de 120 llegó a comandar El Koki— y poder de fuego, similar y a veces superior al de las fuerzas de seguridad.

La paz criminal se impuso en territorios que el régimen abandonó por completo. La banda de El Koki también fue de las primeras agrupaciones en cobrar secuestros en dólares, mucho antes de que Venezuela se dolarizara. En 2015 estuvo bajo su cautiverio la hija del comisario Luis Ramón Torcat, entonces director de Interpol en Venezuela. En ese momento figuraban como una de las principales agrupaciones dedicada a este delito con un método particular. 

“Dividían a sus hombres en pequeños grupos y un mismo día podían hacer ocho secuestros, algo que desbordaba a la policía. No estudiaban a las víctimas como otras bandas de secuestradores, sino que buscaban la oportunidad”, dijó la periodista Ronna Rísquez

Además del secuestro, la banda se dedicaba al tráfico de drogas, la extorsión a comerciantes de la zona y el robo de vehículos, por los que también pedían rescate en dólares.

La banda se deshacía de sus enemigos lanzando los cuerpos por un bajante de basura que desembocaba en los túneles de una autopista de Caracas, en una oportunidad quemó viva una mujer que supuestamente delató a uno de sus miembros.

La banda controlaba la vida de la comunidad y el reparto de las bolsas de comida del Clap, el programa de reparto de alimentos del chavismo. Había calles cerradas de las que solo los miembros tenían llave. Quienes se mudaban del barrio, debían contar con la aprobación de El Koki sobre a quién vendieron su casa. En ocasiones, y según la ubicación estratégica de la vivienda, la banda las compraba para incorporarlas a su fortaleza de defensa. 

También fueron conocidos por las fiestas. Al menos tres videos en YouTube documentan las multitudinarias reuniones que la banda organizaba en una cancha del barrio con DJ, cantantes de salsa y reguetoneros.

  1. Revete nunca estuvo en la cárcel, pero con sus socios Garbis Ochoa, alias El Garbis, y Carlos Calderón, alias Vampi, adoptaron la estructura organizativa de la banda a los penales venezolanos, en las que hay un “pran”, que es el jefe, al que le siguen sus lugartenientes, luceros y gariteros, como anillos de seguridad. 

“Esta jerarquía les permite mantenerse aunque el líder ya no esté”, apunta Rísquez.

En la Cota 905 se estableció la primera zona de paz en Caracas, promovida por Maduro en el año 2013 para intentar pacificar a las pandillas. Les daban financiamiento para actividades lícitas a cambio de que la policía no entrara en sus territorios, lo que terminó consolidando su poder.

El Gobierno buscó como antídoto las llamadas OLP (Operación de Liberación del Pueblo), violentas incursiones de fuerzas de seguridad combinadas en una búsqueda indiscriminada de delincuentes en barrios pobres de la ciudad, en las que murieron inocentes, se allanaron viviendas sin órdenes judiciales 

La suma de todos estos operativos son parte del expediente de ejecuciones extrajudiciales y violaciones de derechos humanos que se ha abierto contra Venezuela. Las OLP marcaron un hito en el aumento de la letalidad policial en Venezuela como respuesta al poder que adquirieron las bandas con las zonas de paz y se mantienen bajo otros nombres. 

El Koki murió fuera de su territorio, en Las Tejerías, la zona controlada por Carlos Enrique Gómez Rodríguez, alias El Conejo, que lidera una banda que funciona como una célula —algunos las llaman franquicias— del Tren de Aragua, la más poderosa del país y que, según el seguimiento que ha hecho la periodista Ronna Rísquez, ha ganado terreno donde el Gobierno ha desmantelado otras. Esta agrupación comandada desde la cárcel de Tocorón, en el Estado Aragua, ya tiene ramificaciones en Colombia, Perú, Ecuador, Brasil, Chile y Bolivia a raíz de la migración.

Redacción Maduradas con información de El País

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