La periodista Sebastiana Barráez reveló algunos detalles sobre los espías que el régimen de Nicolás Maduro ha puesto alrededor del mundo. En una publicación realizada en Infobae, hizo mención a dos casos detectados en Colombia.
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La noche del 26 de junio, en el barrio Siete de Agosto de Bogotá, organismos de Inteligencia colombianos capturaron a Ramón Rodríguez Guerrero, a quien prevén imputarle delitos, tales como falsedad en documento público y tráfico de migrantes.
Sin embargo, la periodista señala que no es una persona de interés para el país solo por esas razones, sino por ser un espía para obtener información clave.
Una de las cosas que les llamó la atención a los funcionarios neogranadinos fue la entrada y salida de venezolanos, entre ellos militares desertores, de su vivienda. La vigilaron durante meses y observaron que entregaba a los migrantes carros de perros calientes para vender en las calles.
Con la identidad falsa, Rodríguez Guerrero logró obtener pasaporte y viajaba constantemente a Panamá, lugar donde se hace más fácil viajar directamente a Caracas, incluso con escala en Cuba.
Rodríguez se hacía pasar por opositor radical a Nicolás Maduro, pero el Gobierno colombiano detectó que no solo es hermano de una dirigente del chavismo sino que él mismo es simpatizante de la revolución bolivariana y tendría nexos con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Apure.
El segundo caso que mencionó Barráez es el del militar venezolano Gerardo José Rojas Castillo, quien entró a Colombia solicitando refugio y en realidad estaría prestando servicios de espionaje al régimen venezolano.
En el comunicado que emitió el Ejército colombiano, destacaron que en el momento de su aprehensión, tenía en su poder documentos que le acreditan como militar activo en el grado de sargento segundo.
En una alcabala ubicada en un punto llamado La Ye de Corazones, fue detenido Rojas Castillo, quien a juicio de Inteligencia colombiana estaba en ese territorio para espiar las unidades militares, especialmente en los departamentos de La Guajira y Cesar.
Las autoridades colombianas dijeron que tenía un puesto de venta de jugos frente a instalaciones militares del Ejército y posteriormente logró ingresar a una empresa de Transportes de Valledupar como vigilante de seguridad, lo que le daba facilidad para vigilar los movimientos externos de la Décima Brigada Blindada.
Uno de los hechos más resaltantes es que el oficial recibió entrenamiento militar por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, entre ellos los cursos de cazador, de Fuerzas Especiales o Caribe, de paracaidista, de mando y conducción, y de infiltración.
Infiltrados en España
A principios del año 2016, España se quejó y salieron del país europeo 16 militares acreditados como personal diplomático de Venezuela en ese país, entre ellos José Rafael Vásquez Mora, quien cumplía funciones como oficial adjunto a la Agregaduría de Defensa, pero se hacía pasar como estudiante opositor, usando nombres falsos, tales como Sebastián Urdaneta.
Un teniente retirado que responde al nombre de Edmelcar Delgado fue clave para desenmascarar a Vásquez Mora. Delgado reveló que la labor de los agregados militares en las embajadas de España, Estados Unidos, Panamá y Colombia es la del seguimiento de personas opositoras al régimen venezolano.
«Hay gran cantidad de militares y civiles descubiertos como espías al servicio del régimen venezolano«, expresó la periodista luego de recordar que el general Cliver Alcalá, antes de que la DEA se lo llevara para Estados Unidos, señaló que cuando estaba al frente de los campamentos, se percataron de varios espías del régimen venezolano, a quienes echaron de los mismos.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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