La columnista colombiana Claudia Palacios publicó un artículo en El Tiempo, donde le pidió a las migrantes venezolanas que dejen de tener hijos en Colombia.
Parte del artículo expresa lo siguiente: «Me pregunto por qué las personas con el futuro absolutamente incierto, con un presente de mera supervivencia, traen hijos al mundo a padecer peor que sus padres».
La publicación fue tildada de xenófoba, y una venezolana decidió darle una lección a Palacios, contando la historia más cercana a ella: la de su abuela Carmen.
Se trata de Daniela Ropero, quien en Twitter expresó: «A los 16 años mi abuela cruzaba a Venezuela, cargada de sueños y mucho miedo. Ella una vez me contó como era su vida en la hacienda de cafetalera en la cual vivía junto a Yayita, mi tátara abuela, y las necesidades que todos pasan allí».
“Sus últimos recuerdos de allá eran de la revueltas que causaban las reuniones de un tal Marulanda o tiro fijo, que se paseaba por la haciendas captando campesinos para su revolución y cómo, por encendidos discursos, hacía que los campesinos fueran en contra de sus patronos», agregó.
Su abuela siendo una adolescente, llegó a Maracaibo, estado Zulia, siendo solo la nieta de una cocinera de una hacienda en Colombia.
Comenta la joven que su abuela fue “recibida con las manos abiertas”. Trabajó y levantó a su familia, consiguió tener casa propia. Tuvo dos hijos que fueron a la escuela, liceo y universidad en Venezuela.
“Desde el momento que pegaron el primer grito al ser traídos al mundo con dolor por esta menuda colombiana fueron: venezolanos, con todos sus derechos. Vale acotar que mi abuela fue atendida por médicos y en hospitales venezolanos”, dijo.
Recalca que su abuela llegó huyendo de “la guerra espantosa que vivió y aún vive Colombia”, pero que tuvo un gran recibimiento en Venezuela.
“Viendo en retrospectiva, ahora que somos nosotros los que huimos de esta crisis, me siento más orgullosa de ser venezolana que nunca, que grande este país que en el peor momento de su hermano (Colombia) le tendió su mano, cobijó a sus hijos e hizo sus suyos (venezolanos) retoños de estos permitiéndole tener acceso a la salud y educación de forma gratuita, jamás juzgando las razones o cantidades”, sumó.
En tal sentido, manifestó sentirse orgullosa de ser colombiana: “Porque usted es solo una de esas minúsculas voces que se vale de la crisis de unas mujeres desesperanzadas y desesperadas para promover iniciativas en contra de los DDHH de estas mujeres”.
Asimismo, afirmó haber visto con sus propios ojos a colombianos ayudar a los venezolanos que huyen del país, a los propios caminantes y de “refugiados retornados que han ayudado y ayudan”.
“Así que le sugiero a la gente que lee esto artículos de opinión que también escuchen y lean a los miles de colombo-venezolanos que nacimos en estas condiciones, solo somos nosotros los que de verdad le podemos contar esta historia de luces y sombras”, dijo
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Redacción Maduradas
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