Durante este mes de febrero, se registró la muerte del venezolano Marcelo Antonio Larez González, de 21 años, quien estaba radicado en Sao Paulo (Brasil). El joven habría sido asesinado, de un disparo en el pecho, por el dueño de la residencia en la que vivía, porque el muchacho, al parecer, se habría retrasado en el pago del alquiler.
El hombre acusado del crimen sería Alberto Pimentel de Oliveira, de 41 años. Al parecer, todo comenzó con discusión supuestamente motivada por una deuda de 100 reales (unos $19) que el joven asesinado y su familia no podían saldar.
Según reseñó la prensa local, Pimentel de Oliveira, fue a cobrar un monto restante relacionado con la renta del espacio. El valor era de 500 reales y ese mes la familia logró pagar solo 400 reales.
La esposa de la víctima comentó que, en medio de la discusión, su pareja alegó que el dueño de la casa le debía al hermano de su esposa alrededor de 300 reales, lo que desató la ira de Pimentel de Oliveira, quien asesinó a Larez González de un tiro en el pecho, frente a la mujer y a cuatro niños.
«Vivimos allí durante ocho meses y nunca le dejamos de pagar, ni tuvimos ningún tipo de desacuerdo. A mi marido no lo mató por el dinero, lo mató porque quería», sentenció la esposa de la víctima, Eliannis Del Vale, de 24 años.
«Lo único que quiero ahora es que se haga justicia. Marcelo era un buen hombre, que trabajó mucho para cambiar la realidad de nuestra familia», agregó.
Redacción Maduradas con información de La Nación
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