En los últimos dos años, se estima que más de 180.000 migrantes han llegado solo a la ciudad de Nueva York, en medio de una de las más grandes olas migratorias que ha enfrentado Estados Unidos en la historia. Miles de extranjeros llegan a este país con el objetivo de encontrar mejores oportunidades laborales que las existentes en sus lugares de origen, sin embargo, suelen encontrarse con múltiples dificultades.
Silvana, una mujer que trabajaba como panadera en Ecuador, buscó trabajo inmediatamente después de llegar a Nueva York, luego de casi dos meses viajando a través de la selva.
En un principio, intentó postularse en restaurantes y panaderías, pero sin un permiso de trabajo o número de seguro social fue imposible. «Es un país hermoso con muchas posibilidades. Pero deberían haber más oportunidades para los inmigrantes sin papeles», dijo Silvana, quien tiene aproximadamente un año y medio en la ciudad.
Ahora, se dedica a vender platos de arroz y sopa en una hielera blanca en las afueras del refugio donde vive, ganando 60 dólares por cuatro horas de trabajo al día.
Las complicaciones para mejorar su estatus legal empuja a los inmigrantes a buscar empleo en el sector informal. Algunas de las ocupaciones son en el ámbito de la construcción, paisajismo, mudanza, entrega de alimentos, limpieza del hogar y venta de dulces.
Redacción Maduradas con información de Financial Times
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