Cientos de manifestantes se reunieron el domingo para exigir la “resurrección” de la democracia venezolana, algunos de ellos cargando efigies del presidente Nicolás Maduro y de líderes de la oposición antes de ser quemadas en una tradición de Semana Santa.
Fotos Reuters y EFE
Aunque millones de venezolanos viajaron a las playas del Caribe y a reuniones familiares durante el período de Semana Santa, los estudiantes han buscando mantener vigente el impulso de una protesta de casi tres meses, esta vez con manifestaciones con contenido religioso.
Por Andrew Cawthorne/ Reuters
Después de un mitin descalzo y una marcha de “Vía Crucis” similar a la caminata de un torturado Jesús rumbo a la crucifixión, los estudiantes se reunieron el domingo en una plaza de Caracas para una protesta denominada “Resurrección de la Democracia”.
“Nos mantendremos firmes en la calle hasta que recuperemos nuestro país, hasta que recuperemos nuestra democracia (…) Es el momento de seguir firme”, dijo el líder estudiantil Djamil Jassir, de 22 años, a Reuters en una plaza donde los manifestantes exhibieron decenas de latas de gas y balas usadas como símbolos de la represión.
Las protestas contra Maduro que comenzaron a inicios de febrero han llevado a hechos de violencia que han provocado la muerte de al menos 41 personas, según las cifras oficiales, con víctimas de ambos bandos políticos y de las fuerzas de seguridad del dividido país sudamericano.
Los disturbios han sido los peores en Venezuela en una década.
Incluso durante Semana Santa, algunos manifestantes enmascarados con resorteras, cócteles Mólotov y piedras se han enfrentado la mayoría de las noches con la policía -armada con perdigones y gases lacrimógenos- en el este de Caracas.
Activistas dijeron que un estudiante murió víctima de un disparo en la noche del jueves en la ciudad de Valencia mientras recolectaba dinero para la tradición de Semana Santa de la “quema de Judas”, cuando los vecinos encienden efigies de figuras odiadas en recuerdo del discípulo que traicionó a Jesús.
Gabriel Daza, de 21 años, construía un modelo de un agente de la Guardia Nacional militar, dijeron activistas a través de la red social Twitter y en medios locales. Si se confirma que su muerte está relacionada con las tensiones políticas, se convertiría en la víctima número 42 de la reciente inestabilidad.
Para el domingo, partidarios de la oposición planeaban quemar figuras de Maduro y funcionarios de alto rango del Gobierno en varias zonas del país.
Quienes respaldan al Gobierno planean hacer lo mismo con efigies de prominentes figuras de la oposición, entre los que el encarcelado líder de las protestas Leopoldo López es una elección popular.
“Los únicos Judas de Vzla son: Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma y todos uds necesitan agua bendita”, dijo un partidario de Maduro en Twitter, refiriéndose a tres de los líderes opositores más radicales.
Playas y palizas
A pesar de la violencia y las protestas de las últimas semanas, la posición de Maduro no parece amenazada, ya que la cantidad de manifestantes ha disminuido y las Fuerzas Armadas siguen respaldándolo con firmeza.
“A un año de Gobierno seguiré cumpliendo el juramento con nuestro Pueblo, nadie nos quitará el derecho a ser felices, libres e independientes”, dijo Maduro, quien celebró esta semana el aniversario de su elección para reemplazar al fallecido líder socialista Hugo Chávez.
La televisión estatal ha mostrado en los últimos días imágenes de playas llenas y funcionarios elogiando a Maduro.
El lado feo de Venezuela, sin embargo, quedó en evidencia en la noche del sábado en Caracas, cuando un conductor se topó con una protesta durante un bloqueo callejero y arrolló con su camioneta a una manifestante. Trató de escapar, pero fue atrapado y sufrió una dura paliza por parte de los residentes, según vio un fotógrafo de Reuters.
Frustrados por las sucesivas derrotas electorales, los manifestantes salieron a las calles en febrero para exigir soluciones a la creciente cantidad de crímenes violentos, el aumento de los precios y la escasez de productos básicos en Venezuela, desde la harina al papel higiénico.
Maduro dice que los manifestantes, alentados por el Gobierno de Estados Unidos y los medios internacionales, buscan derrocarlo como ocurrió con su predecesor, Hugo Chávez, durante un breve golpe de Estado en el 2002.
El quiere conservar las populares políticas de bienestar vigentes en el estado miembro de la OPEP, mientras mejora algunas estadísticas del modelo económico de su predecesor. Sus críticos dicen que 15 años de Gobierno autocrático han arruinado lo que debería ser una de las economías más prósperas de América Latina.
EFE Vía La Patilla.