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Violencia sexual, palizas, descargas eléctricas, alimentación con heces y vómitos: Informe de la ONU describe las torturas contra presos políticos venezolanos

Un informe presentado este martes por una misión de las Naciones Unidas, en el que denuncia que jefes de los servicios de inteligencia civil y militar de Venezuela han cometido crímenes de lesa humanidad para reprimir a la oposición, aporta nuevos insumos para la investigación de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), en suspenso desde abril, dicen ONG.

El director de la organización Acceso a la Justicia, Ali Daniels, aseguró que se trata de un «riguroso» informe que aporta «insumos para la investigación que lleva a cabo la Fiscalía» de la CPI, ya que «pone de manifiesto» que en Venezuela «no se investigan las cadenas de mando», debido a que en esos hechos «están involucradas las más altas instancias del Estado».

«Solo se limitan a hacer, en casos muy contados, responsables a autores materiales, cuando en realidad se trata de políticas de Estado que se vienen ejecutando de una manera sistemática», argumentó.

La misión de la ONU, que asegura haber documentado los casos de 173 víctimas sometidas a tortura, violencia sexual y a otros tratos inhumanos en centros de servicios de inteligencia, señaló hoy que «el presidente Nicolás Maduro y otras autoridades de alto nivel (…) fueron los artífices en el diseño, implementación y mantenimiento de una maquinaria para reprimir a la disidencia».

«El Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y a sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos», afirma el informe de la misión.

A juicio de la abogada venezolana Sara Fernández, el informe muestra que la tortura en Venezuela «no es un hecho aislado, (sino que) forma parte de un plan delineado por altos funcionarios del Gobierno».

La especialista en Derecho Internacional señaló, en una actividad de la ONG Un Mundo Sin Mordaza, que el informe «deja un número importante de evidencias e indicios que pueden ser utilizados» por la Fiscalía de la CPI «para ver en qué medida estos funcionarios estuvieron involucrados en el modus operandi».

La investigación de la Fiscalía de la CPI está en suspenso desde abril pasado, cuando el Gobierno pidió al alto tribunal «abstenerse formalmente» de la misma «en favor de las actuaciones realizadas por las autoridades nacionales competentes de Venezuela».

El fiscal de la CPI, Karim Khan, decidió ese mes solicitar a la Sala de Cuestiones Preliminares del organismo la reanudación de la investigación.

Torturas descritas en el informe

La Misión de la ONU documentó 122 casos de víctimas que fueron sometidas a tortura, violencia sexual y/u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes perpetrados por agentes de la DGCIM entre 2017 y 2019. Los períodos de mayor incidencia de estos actos fueron 2018 y 2019.

De acuerdo con los datos del grupo de la ONU, Iván Hernández Dala, jefe de la DGCIM, «ordenó torturas tanto físicas como psicológicas«, manteniendo a las personas detenidas en completo aislamiento, lo que se conoce internamente en la DGCIM como la “psicología del olvido”.

Con esta técnica mantienen a la persona detenida una hidratación y alimentación mínimas, les prohíben el contacto con sus familiares y los ponen a dormir en el suelo bajo una iluminación constante.

El informe señaló que casi todos los actos de tortura se llevaron a cabo en la sede de la DGCIM en Boleíta durante los interrogatorios. Las sesiones de tortura podían durar días o semanas.

Entre las torturas más aplicadas tanto contra hombres como mujeres detenidos y que los entrevistados por la Misión describieron, se encuentran

Violencia física 

  • Fuertes golpes con bates y objetos punzantes.
  • Descargas eléctricas en partes sensibles del cuerpo.
  • Asfixia con sustancias tóxicas y agua.
  • Cortes y mutilaciones, incluso en la planta de los pies y debajo de las uñas.
  • Esposas excesivamente apretadas.
  • Posiciones de tensión conocidas como “el pulpo” y “crucifixiones”.
  • Uso de un aparato llamado “señorita”, para levantar y deformar cuerpos y bajarlos a tanques de agua.

Violencia sexual y de género

  • Violación con objetos.
  • Amenazas de violación.
  • Desnudez forzada, incluso durante actos de tortura.
  • Golpes dirigidos a los genitales.
  • Descargas eléctricas en los genitales.

Condiciones de detención

  • Privación de alimentos y agua.
  • Comer del suelo.
  • Iluminación constante u oscuridad constante.
  • Calor o frío extremos.
  • Falta de acceso a los aseos.
  • Denegación de tratamiento médico.
  • Alimentación forzada de heces y vómitos.

Violencia psicológica y otros

  • Amenazas de muerte y de violación hacia la víctima y a sus familiares.
  • Simulación o tortura real de otras personas detenidas.
  • Períodos prolongados de aislamiento y confinamiento solitario.
  • Administración de drogas supuestamente para obtener confesiones.
  • Amenazas con animales vivos, incluso con perros.

Redacción Maduradas

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