Desde que la fiscal destituida por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Luisa Ortega Díaz, denunció en el mes de marzo la ruptura del orden constitucional en el país, con el pasar de los días se desmorona precipitadamente el modelo del chavismo.
Ciertamente, este aroma “comunistoide”, fracasado por naturaleza, ha perdido piezas claves y fundamentales en el interior de la cúpula desde hace varios años, pero la más resaltante de este año, sin duda alguna, fue la atropellada y forzada salida del chavismo de esta exfuncionaria, quien se armó de valor y dejó en la calle al Ejecutivo y al Poder Judicial por violar la Carta Magna con las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional.
Ortega Díaz, una veterana chavista que apoyó la gestión de Hugo Chávez a capa y espada, y fue cómplice de las marramucias de Nicolás Maduro por un rato largo, decidió desde entonces, emprender una lucha judicial contra la Constituyente Presidencial y los propios magistrados del Supremo. Este escenario desencadenó una ola de protestas a causa de la crisis venezolana, que acabó con la vida de muchos inocentes.
No faltó mucho para que se notaran las conjeturas y se hicieran públicos los escándalos de corrupción donde están involucrados el Presidente de la República, Diosdado Cabello, Tareck El Aissami, Tarek William Saab y demás personajes del Estado. Todos ellos, literalmente, también cayeron en desgracia después que Luisa soltó la lengua y contara la verdadera versión de cómo se manejan los negocios en la cúpula madurista, mientras el pueblo padece.
Cada uno de sus pronunciamientos tuvieron el poder de detener al país, dejando en evidencias claras fracturas en Miraflores. Por esto, y por elementos que posiblemente no han salido a la luz, la también abogada se vio en la obligación de abandonar Venezuela. Sus últimos días en tierras venezolanas fueron una película de terror, denunció que vivía perseguida y amenaza por los cuerpos de seguridad del Estado para evitar que hablara con la verdad.
Hoy por hoy, denuncia al régimen desde el exilio con la misma ropa que partió de estas fronteras, y con diversas pruebas contundentes que prometen ser la perdición de lo que queda del “legado de Chávez”.
Rafael Ramírez
Otro que también dejó con la boca abierta a Nicolás y a sus patriotas cooperantes, fue el caso del expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) Rafael Ramírez, quien se atrevió a romper el pacto y reveló su descontento con la gestión de Maduro. Además, contó que la crisis petrolera se asomaba desde que estaba en la silla presidencial el “comandante galáctico”.
Estas palabras, publicadas en un artículo de opinión para Aporrea, fueron la debacle. Básicamente porque Ramírez se sentó a echarle tierra a sus aliados, y mostró preocupación por las carencias económicas que golpean al país desde el año 2013.
La constituyente Iris Varela fue la primera en salir al frente por el madurismo y defender a Maduro de tales señalamientos. El ingeniero fue calificado de “traidor” por el máximo gobernante, y al cabo de pocos días, los mandamás del mandatario nacional ordenaron detener a los aliados del político que aún permanecen en el país.
Ramírez fue obligado a abandonar su cargo como embajador de Venezuela en la ONU y partió con rumbo a Europa.
Eulogio del Pino y Nelson Martínez
La famosa “operación tun-tun” del exministro de Petróleo Eulogio Del Pino y el expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Nelson Martínez, causó revuelo en las redes sociales, medios locales y acaparó los titulares de medios internacionales.
Dos personas “de confianza” del Ejecutivo que se vieron involucradas en un mega guiso que sorprendió a medio mundo y dejó bizco los ojos de Nico por comerse millones verdes «sin avisar».
Martínez, por su parte, fue detenido por su presunta vinculación en la firma de un contrato de refinanciamiento de deuda de la empresa Citgo. Mientras que, Del Pino fue acusado de estar presuntamente incurso en varios hechos irregulares donde se perdieron 15 mil 700 barriles diarios, durante sus labores en Petrozamora.
Estas aprehensiones, además de los “imprudentes” textos de Rafael Ramírez, se calcula que dejaron sin sueño a Nicolás por incontables días. Horas fatídicas para el gobierno donde lo único que se respiraba en cadena nacional eran amenazas y descargas monumentales.
Germán Ferrer
El diputado a la Asamblea Nacional por el bloque de la patria, Germán Ferrer, también fue sepultado por altos rojos una vez que siguió el ejemplo de su esposa, Luisa Ortega Díaz, y confirmara las artimañas que se cocinan desde los suburbios de Miraflores.
El punto de arranque tuvo lugar cuando confesó que estaba en desacuerdo con la Asamblea Nacional Constituyente (ANC): “La iniciativa a ANC puede partir del Presidente, pero la convocatoria debe hacerla el pueblo”, escribió sin miedo el parlamentario a través de su cuenta en Twitter.
La guerra se declaró desde ese mismo momento. El constituyentista Diosdado Cabello se encargó de inventar «tramoyas políticas» para incriminar al oficialista, entre ellas figura una supuesta “red de extorsión” que operaba desde el Ministerio Público (MP) cuando era dirigido por la fiscal general destituida.Tales denuncias fueron rechazadas de manera categórica por Ferrer.
A los pocos días se anunció la solicitud de privación inmediata de libertad del diputado por supuestos millones de dólares que recibía por extorsión. Pero el chavista picó adelante y junto con Ortega Díaz, viajaron en lancha hacia Aruba para abordar un avión con destino a Colombia.
De momento, la cúpula madurista sigue en el limbo, señalado por instancias internacionales, sancionados por EEUU y Canadá, y criticado duramente por su propio pueblo.
Redacción Maduradas