Ya supimos hace unos años cuando estalló el caso de la maleta de Antonini la relación que esta pupila de Jorge Rodríguez, Tibisay Lucena, con otro de los amigos «negociadores» de éste quien era para entonces el vicepresidente de la república venezolana. Ella disfrutaba, como salió en la prensa de esos años, fines de semana en el archipiélago venezolano de Los Roques a donde la enviaba en avioneta Maionica para que disfrutara un yate con servicio completo y las cajas de champaña rosada Laurent Perrier para acompañar sus langostas fresquecitas.
Esta inefable agente de Jorgito y Nicolás es la que preside el Consejo Electoral venezolano. Al estilo de su mentor a quien Smarmatic invitó a un Spa de lujo en este estado de la Florida. la Lucena ha hecho cualquier fortuna con las partidas secretas del Palacio de Miraflores, el ministerio del Interior y la vicepresidencia ejecutiva además de las comisiones de Smarmatic y otros proveedores. Ya fue reseñado en la prensa caraqueña el piano de cola que traído de Alemania le regaló esa empresa. Su casa en La Florida, este de Caracas, esta cubierta de mármol por todos lados. Indice de los nuevos ricos boliburgueses. De pobre a rica bajo la robolución chavista…
AHORA CON CASA de $ 600 MIL EN EL COUNTRY CLUB
Si en la mas selecta urbanización de la capital venezolana. Sus vecinos serán los Cisneros, los Mendoza, los Phelps, las embajadas y la Casa Club de la urbanización además de los campos de golf verdecitos y bien cepillados.
Tibi compró la que fue la casa de una socialité local, la señora Maruja Beracasa perteneciente a una rancia familia judía caraqueña quien falleció hace un par de años.
La quinta San Miguel en la calle La Loma del Caracas Country Club fue adquirida a través de un testaferro suyo que giró los dólares a Europa. 600.000 de dólares le costó la casa que fue derrumbada para convertirla en moderna mansión de lujo con mármol y terminados de primera.
Ella, que vive a solo cinco cuadras de esta casa no se mudará allí. Su hija divorciada de un esposo que le pegaba será quien disfrutará la mansión. Como Tibi sufrió un cáncer quiere que su hija quede acomodada por si acaso algo le sucede.
Cerca de allí otros personeros rojos compran viviendas para remodelarlas pues no piensan poder salir de Venezuela cuando estallen todos los casos de corrupción global. La casa queda antes de la entrada a la calle del colegio Humboldt donde a menos de 400 metros queda su residencia.
Al mejor estilo de Maduro y el general Osorio, metidos de lleno en la brujería, se llevó a unos brujos para que le ensalmaran la nueva casa antes de que su hija se mude. Como da de real esta revolución farsante dicen todos los que la conocen…
Por Color de Hormiga / Diario de las Américas.