«Aquí se construye». Esta frase está en miles de vallas instaladas a lo largo y ancho del país, en las cuales ministerios, gobernaciones y alcaldías anuncian la edificación de escuelas, hospitales, estadios, viviendas, fábricas y otras infraestructuras. Sin embargo, en no pocas ocasiones las pancartas son las únicas que cosas que se terminan levantando y así lo ha constatado la Contraloría General de la República.
En 2006 el organismo encargado de velar por el buen uso de los fondos públicos publicó un informe en el que denunció que 4.231 obras, por un monto de 2,2 millardos de bolívares, «estaban inconclusas». Siete años después la instancia volvió a revisar la situación de esos proyectos y aunque encontró que el 75% fueron terminados dejó en claro que esta noticia no era del todo positiva. ¿La razón? «(En el caso de los restantes) se incrementará significativamente el costo para su culminación en razón del impacto inflacionario generado en el costo de los insumos en materia de construcción».
La afirmación figura en el reporte de gestión de 2013 que el despacho encabezado por Adelina González que entregó a la Asamblea Nacional y en el cual precisó que las más de mil obras que seguían siendo lo que popularmente se conoce como «elefantes blancos» habían sido presupuestadas en su momento por más de 435 millones.
Aunque en su primer reporte la Contraloría atribuyó a la «falta de pago, falta de asignación de recursos presupuestarios, modificaciones de los proyectos, atraso en la obtención de permisologías ante otros organismos públicos, dificultad en la obtención de los materiales requeridos para la ejecución de las obras, contratación de obras cuyos proyectos no se adecuan a los requerimientos de las mismas, incumplimiento por parte de los contratistas, así como la rescisión de contratos» las demoras, estos problemas se siguen presentando y así lo revela el hecho de que entre 2007 y 2011 encontró otras 3.346 infraestructuras inconclusas, cuyo coste rondaba los 30 mil millones de bolívares
El peor
El Gobierno nacional es el principal responsable de iniciar y no terminar obras en todo el país. Así lo denunció la Contraloría, la cual contó con el apoyo de 21 de las 23 contralorías estadales para hacer su informe.
De los 1.035 proyectos que debían estar listos en 2006, 276 las puso en marcha el Ejecutivo Nacional, mientras que 355 fueron los gobernadores y 404 los alcaldes. Por su parte, de las 3.346 a medio hacer entre 2007 y 2011 690 (20,6%) son responsabilidad de los ministerios, institutos, fundaciones o empresas públicas; mientras que 1.662 de los distintos estados y el resto de los municipios.
La Contraloría alertó que las demoras no solo representan un incumplimiento de lo ofrecido a los ciudadanos sino que también implican «el encarecimiento de la obra, a la obsolescencia de la tecnología y las variables demográficas consideradas en la elaboración del proyecto dependiendo de la magnitud del atraso de la obra y consecuencialmente a un daño patrimonial que incide en el desarrollo del país».
Por último, tras aseverar que con este desempeño la Administración Pública viola su «función primordial» que es atender las necesidad de la población, el organismo contralor achacó a «fallas en el control, la planificación, la supervisión y la ejecución de las obras», los miles de «elefantes blancos» que hay.
Fuente: EL UNIVERSAL.