Henrique Capriles Radonski sospecha que el régimen de Nicolás Maduro tiene una agenda con un desenlace por vía de la fuerza, para atornillarse en el poder. Capriles fue dos veces candidato presidencial al enfrentarse al ex mandatario Hugo Chávez y al actual presidente Nicolás Maduro.
Desde hace años, lidera una oposición que quiere la salida pacífica y electoral del régimen chavista, y que lamenta el silencio latinoamericano y del presidente peruano Ollanta Humala sobre la crisis que atraviesa su país, publica el portal Peru21
“¿Dónde está la expresión, así sea de solidaridad, del presidente Humala con la situación económica que vive Venezuela? Nada. Hay silencio absoluto”, nos dice la figura más representativa de la oposición venezolana.
Ha pasado un año del inicio de las protestas que dejaron 43 muertos.
Las protestas en Venezuela nunca han cesado. Hay reclamos todos los días. En el país, en 2014, fuera de esas protestas con un resultado lamentable, hay manifestaciones por fallas en los servicios públicos, por la inseguridad, etc.
¿Cómo es el día a día en Venezuela?
Venezuela está como después de una catástrofe natural. Es una crisis económica, política y social, la más grave de la historia de mi país. Por ejemplo, a las 5 de la tarde, usted puede encontrar personas que llevan de cinco a seis horas haciendo cola para comprar jabón y poder lavar su ropa. O tiene gente que hace colas kilométricas para adquirir leche en polvo o comprar un paquete de pañales. Venezuela tiene, hoy, la inflación más alta del mundo y, además, un índice de escasez seis veces superior de lo normal en un país.
¿Es una crisis que llega a los más pobres o solo afecta a la clase media?
Llega abajo, al medio y arriba. Donde usted lo quiera. Esto no es un problema de la clase media.
¿Incluso, a los seguidores del chavismo?
No tenga usted ninguna duda. Esto ya no es un problema de subvención. El gobierno le puede dar a usted un cheque por tantos bolívares (moneda venezolana); usted cobra el cheque y con el dinero que tiene no resuelve su problema porque no encuentra los productos. Las redes de comercialización de productos del gobierno son las que registran las colas más largas para conseguir algo. Usted va a un mercado del gobierno y encontrará colas, pero no productos.
Precisamente, parece que en los últimos días la temperatura social en las calles está aumentando. ¿Se viene una nueva espiral de violencia similar o peor a la de hace un año?
Estoy haciendo todo lo que esté a mi alcance para que el proceso de cambio en Venezuela se encauce de acuerdo con lo que establece la Constitución y que sea un proceso de cambio pacífico. Ahora, con mucha responsabilidad le digo: la paciencia de los venezolanos tiene un límite, y llega un momento en que, por más que usted quiera que el río no se desborde, la paciencia de nuestro pueblo se agota, lo que coloca en un escenario sumamente peligroso al país. Todo esto puede desencadenar en una explosión social que nadie quiere.
Hace un año, un sector de la oposición salió a las calles y buscó la renuncia del gobierno de Maduro.
Hace un año, mi posición fue que los llamados que se hacían no estaban en sintonía con los venezolanos que viven en los sectores populares, que son la mayoría. Eso quedó atrás. El país de hace un año no se parece al país de hoy. Hace un año, el gobierno tenía más del 50% de apoyo, hoy tiene 20%. Hace un año, la crisis económica no era nada parecida a la de ahora. Hace un año, dije que, si el gobierno no hacía lo que tenía que hacer, el país iba a entrar en una crisis profunda, una crisis muy fuerte. El gobierno no hizo nada. Hace un año, había unos precios del petróleo que no hay hoy. Hace un año, no había esta escasez que tenemos actualmente. Habiendo cambiado el panorama, esta es una gran oportunidad que tenemos los venezolanos para organizarnos y unirnos para que tengamos una salida democrática, constitucional, electoral y pacífica.
LOS ANUNCIOS DE MADURO. “Tenemos meses oyendo que Nicolás Maduro va a anunciar medidas y terminan siendo ‘anuncios que va a anunciar…’. Nos ha quedado claro que Nicolás Maduro es incapaz de manejar este país. Le quedó grande Venezuela”.
¿A estas alturas, es posible una salida democrática?
Pronto (este año) vienen unas elecciones para la Asamblea Nacional (Congreso). Esos comicios legislativos serán decisivos, porque definirán el poder en Venezuela.
En los últimos días, el gobierno de Nicolás Maduro ha intervenido cadenas de farmacias y supermercados. ¿Es una señal de desesperación?
Es una señal de que el gobierno, lejos de querer buscar una solución a la crisis y de convocar a todo el país para que juntos superemos la crisis, está arreciando con amenazas y el miedo. El gobierno cree que el incendio se apaga con gasolina. Creo que está buscando una vía muy peligrosa. Quizá lo está haciendo adrede. Quizá Nicolás está buscando un atajo, una salida fuera de la Constitución para ver cómo ‘barajea’ su gobierno impopular. La opinión que hay ahora en Venezuela para invertir es sumamente negativa.
Pareciera, entonces, que el gobierno se está disparando a los pies.
Por donde usted lo vea, la evaluación es negativa. Yo creo que el gobierno puede ser que sea incapaz, que no tenga ni idea hacia dónde debe dirigir el país, que la incapacidad se los traga, pero más allá de eso, pareciera algo absolutamente irracional. Pareciera que hay una agenda para que en el país haya un desenlace por vía de la fuerza, que quizá la cuenta que pueda estar sacando Maduro, lejos de sacarlo del poder, es atornillarlo.
EL CERCO A LA PRENSA. “La persona más censurada en Venezuela soy yo. El gobierno de Maduro presiona con cerrar a cada radio y canal de televisión para que yo no pueda ser entrevistado, para que yo no salga”.
¿Está forzando las cosas al extremo que luego tenga que justificar la violencia y que ni siquiera haya legislativas este año?
Pareciera, pudiera ser. Yo soy un demócrata y no creo en la violencia. Los demócratas no tumbamos gobiernos, sino los cambiamos. Ahora, yo de este gobierno puedo esperarme cualquier cosa. Este es un gobierno al que no le importa matar para mantenerse en el poder. Sigo creyendo que la mayoría de los venezolanos, el 80% que queremos cambio, se puede imponer pacíficamente al 20%.
También se han denunciado vínculos con el narcotráfico de Diosdado Cabello (presidente del Congreso) y el hijo de Hugo Chávez. Esas son palabras mayores, ¿no?
No emito opinión sobre eso, porque no tengo pruebas en mis manos. Ahora, más allá del narcotráfico, le digo con toda responsabilidad y conocimiento de causa: corrupción en Venezuela hay. Tenemos el gobierno más corrupto del mundo. En mi país, a través del control de cambio –reconocido por ellos mismos– se robaron 25 mil millones de dólares y no pasó absolutamente nada.
MOMENTO DE LA OPOSICIÓN. “Diosdado Cabello y Nicolás Maduro tienen una convivencia de sobrevivencia. Ninguno de los dos cuenta con liderazgo. Por eso, a la oposición le queda ganar la Asamblea Nacional. Tenemos la mejor oportunidad de todos estos años”.
¿Se puede ser cándido y pensar en una corrupción sistematizada donde Maduro solo es un títere?
Maduro es corresponsable de la corrupción. En Venezuela, cuando gobernaba el presidente Chávez, los seguidores del ex mandatario decían que el gran problema que tenía Chávez era que su entorno era corrupto, incapaz e ineficiente. Nicolás Maduro era del entorno de Chávez y todos los que están hoy como voceros del gobierno eran de ese entorno que el pueblo ya decía que era corrupto. Ese entorno gobierna hoy a Venezuela. Con todos los casos de corrupción denunciados, no ha pasado absolutamente nada.
¿La crisis ha llegado al interior del gobierno?
Hay división, sin duda que la hay, hay peleas internas. Pero yo creo que ellos tienen claro que sin el poder no son nada, porque no hay liderazgo en el gobierno. Falleció el presidente Chávez, y ese proyecto político se quedó sin liderazgo. Soy de los que piensan que no hay chavismo sin Chávez.
Casi se ha llegado al punto de ‘extrañar’ a Chávez.
El modelo con Chávez tampoco funcionaba, pero él tenía una capacidad de manejar las situaciones, que nunca llegamos a esto. Yo competí con Chávez y me faltaron cinco puntos para llegar al 50%, y me tocó enfrentar a Chávez en el año del mayor gasto público de la historia de Venezuela. Pero más allá del liderazgo de Chávez, y de la capacidad de manejar situaciones y la ascendencia que pudo haber tenido sobre muchos venezolanos, la revolución había sido sostenida sobre la bonanza petrolera más grande de la historia de Venezuela. La bonanza petrolera la despilfarraron, se acabó. En los últimos 12 años entraron a Venezuela 800 mil millones de dólares.
¿Y dónde está ese dinero?
Esa es la gran pregunta. Lo despilfarraron. Hacíamos carreteras en otros países, regalábamos hospitales a otros países (Bolivia, Cuba, Ecuador, Argentina). El gasto de Venezuela en el exterior fue una fortuna. Sobre esa bonanza estaba montado el proyecto del presidente Chávez. Lo que pasa es que este gobierno no tiene liderazgo y, al no tenerlo, la crisis se siente más. Sin liderazgo y sin dinero, esto se acabó. El líder falleció, la bonanza se acabó, el proyecto se quedó sin liderazgo ni herederos. Ni los habrá. Entonces, el país tiene que buscar un cambio. En Venezuela sí hay una alternativa y somos nosotros.
¿Hay unidad en la oposición? Leopoldo López (en la cárcel) y su grupo tienen su proyecto; María Corina Machado, el suyo; y Ud., su propio camino.
Estamos en el proceso de recomponer la unidad. Diferencias hay, pero frente a la crisis que tiene el país, esas diferencias resultan insignificantes, frente al drama que vivimos los venezolanos. Va a haber unidad, tiene que haberla. Si no hay unidad, estaríamos de espaldas al país, igual que el gobierno. Sería imperdonable que la oposición pierda una oportunidad como la que hoy tenemos.
¿Qué le falta a la oposición para poder ser representativa de ese 80% que quiere un cambio?
La oposición tiene un grave problema de acceso a los medios de comunicación en Venezuela, que le permita masificar su mensaje.
¿A la oposición no le faltará representatividad?
La tenemos. ¿Sabe cuántos votos saqué yo? Siete millones y medio de votos, la mitad del país frente al gobierno que ha tenido más poder en la historia de Venezuela y probablemente de América Latina. Es un ejemplo claro y contundente de que sí somos una alternativa de cambio.
¿Los militares también están divididos?
Dentro de las fuerzas armadas hay una cúpula muy corrupta, muy ‘enchufada’ en altos cargos, muy comprometida con la corrupción. En mi opinión, no representa el sentimiento dentro de las Fuerzas Armadas, pero es la que toma las decisiones, es la cabeza. No voy a promover nunca un golpe militar, porque la solución es civil con elecciones limpias.
Pero las elecciones antes han sido amenazadas. ¿Por qué sería diferente ahora?
Hoy día yo ejerzo como gobernador del segundo estado más grande del país y políticamente más importante que es Miranda, y he derrotado en dos oportunidades a dos vicepresidentes: Diosdado Cabello y Elías Jaua. La diferencia entre mi persona y ellos fue tan clara y contundente que no hubo forma de que robaran el resultado. Y, hoy, teniendo al 80% de venezolanos queriendo un cambio, soy de los que piensan que le será demasiado difícil al gobierno arrebatarle el cambio a ese 80% que lo quiere.
Un gobierno tan corrupto como usted lo plantea no va a dejar así nomás el poder.
Va a dar muchos coletazos, como los ha dado hasta ahora, pero sigo creyendo en la salida electoral. Y le habla alguien a quien le arrebataron una elección el 14 de abril del 2013.
¿Siente que los países latinoamericanos le dan la espalda a Venezuela?
Acuérdese de que, cuando estuve en Perú, el presidente Ollanta Humala, siendo presidente pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), buscó cualquier excusa para no recibirnos en Lima. Para nosotros fue muy lamentable, porque creo que el presidente Humala como cualquier mandatario, más allá de la relación que pueda tener con el gobierno de turno de Venezuela, debería tener algún afecto por el pueblo venezolano. Yo no creo que las relaciones entre nuestros países dependan de los gobiernos. Hemos sentido que a varios gobiernos de América Latina no les importa lo que piensen los pueblos… están en un club de presidentes.
Entre ellos Humala.
El presidente Ollanta Humala no hizo nada en ese momento.
¿Y luego tampoco?
No ha hecho nada.
¿Qué le pediría al presidente Humala?
Venezuela está viviendo una situación sumamente difícil. No estoy exagerando. ¿Dónde está la expresión, así sea de solidaridad, del presidente Humala con la situación económica que vive Venezuela? Nada. Hay silencio absoluto. Sin duda que nos sorprende, porque Venezuela siempre fue un pueblo solidario con todos.
¿Por qué ese silencio? ¿Solidaridad ideológica?
Al final, este no es un problema ideológico. No soy un tipo de derecha, nunca he militado en la derecha ni soy una persona identificada ideológicamente con la derecha, para nada. En la izquierda pareciera que algunos son más de extrema derecha, se esconden detrás de esa fachada de ser de izquierda. Cuando uno los ve actuando parecen ‘fachos’, empezando por el Gobierno Venezolano. Pareciera que la situación que viven nuestros pueblos no está por encima de los intereses comerciales.
LAS SANCIONES DE EEUU. “La suspensión de visas a funcionarios venezolanos por parte de Estados Unidos, al venezolano de adentro poco le importa. Al final, si EE.UU. toma alguna decisión sobre el pueblo venezolano, el primero en reaccionar seré yo”.