Vendedores informales, mejor conocido como «buhoneros», no conformes con vender alimentos y productos de primera necesidad ahora también se dedican a la venta de medicamentos y vitaminas, publicó Reuters.
Sucede que debido a la escasez de medicinas, la reventa clandestina de estas sin récipe médico se ha acrecentado. Muchas personas adquieren estos medicamentos viajando kilómetros desde hospitales del país o de Colombia, a puestos completamente informales y sin permisos sanitarios.
Existen muchos casos de personas que hacen de tripas corazón para encontrar medicinas, tal es el ejemplo de Marisol Salas, de 56 años: “Compro aquí vitaminas para la memoria porque sufrí un ACV y se me olvidan las cosas”, dijo frente a un puesto en el terminal de San Cristóbal, donde encontró lo que faltaba en las farmacias.
Uno de los vendedores de medicamentos de forma informal es Antuam López, de 30 años, en su puesto de productos naturistas que instala junto a otro de verduras y legumbres: “Hay gente que trabaja en entidades públicas, en hospitales, medicaturas y nos venden las medicinas”, dijo López.
Por otro lado, existen los riesgos: En el centro de Maracaibo (Zulia), donde la temperatura suele ser muy alta, se distribuyen cajas de medicinas sin control en el mercado Las Pulgas. Los empaques presentan un deterioro palpable: se han decolorado y algunos están hasta sucios y manipulados.
Con información de Reuters
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