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Analista Político: «Venezuela hace tiempo que dejó de ser una democracia, pero a nadie le preocupa»

El reconocido analista político Moises Naím habló con Infobae acerca de la tensa situación que se vive en su país y denunció que varios presidentes respaldaron a Maduro debido a «intereses económicos». «Tras las protestas, queda claro que la violencia está solo de un lado», afirmó.


Desde hace casi dos semanas, Venezuela viene siendo escenario de masivas protestas ciudadanas contra el gobierno del ultrachavista Nicolás Maduro, quien respondió a los reclamos prodemocráticos a la manera de un tirano de Medio Oriente: apagón informativo, encarcelamiento del líder de la oposición, y una brutal represión que ya dejó más de diez muertos, entre ellos varios estudiantes.

Moises Naim Analista Politico

Esta ola de violencia ha sido seguida muy de cerca por Moises Naím, uno de los más prestigiosos analistas políticos de habla hispana. Ex ministro de Comercio de Venezuela en los 90 y antiguo director ejecutivo del Banco Mundial, Naím es actualmente uno de los columnistas estrellas del diario El País de España y su último libro, El fin del poder, aparecido a finales de año en las librerías argentinas, fue prologado ni más ni menos que por el ex presidente norteamericano Bill Clinton.

Infobae se comunicó con Naím para hablar sobre la «desesperada» situación de Venezuela, el rol de la dictadura cubana en el gobierno de Nicolás Maduro, y las posibilidades que un estallido social similar al vivido en su país estos últimos días pueda ocurrir en Argentina.

-¿Cuál es su análisis de lo que está sucediendo en Venezuela?

-Lo que sucede es básicamente un país desesperado por sufrir las tasas de inflación y de homicidios más altas del mundo, por sufrir de una falta de libertad de expresión total y por la escasez de productos de primera necesidad, entre muchos otros problemas serios. Hay que tener en cuenta que, en este momento, los venezolanos pueden pasarse el día entero buscando la comida para la cena o almuerzo, que pagan a precios estratosféricos, si es que la consiguen, y cuando llegan a su casa y prenden el televisor, es como si nada malo estuviese pasando. Es decir, la gente está cansada después de 15 años de modelo chavista y eso se traduce en un ambiente de mucha crispación y enojo dirigido hacia el presidente Nicolás Maduro. Por su parte, él ha decidido ignorar a la mitad del país que está pidiendo cambios y alguna esperanza de que les vaya mejor y ha optado por reprimir, agravando la situación.

-Usted recientemente afirmó que la mayoría de las personas en el mundo no entendían la gravedad de lo que ocurría en Venezuela. ¿Podría elaborar sobre eso?

-Venezuela tiene un asesoramiento muy eficaz del régimen cubano, que es experto en enmascarar todo tipo de crisis detrás de una retórica revolucionaria y noble cuando en el fondo lo que hay es censura, concentración de poder y menoscabo de la libertad. En ese ambiente, es muy difícil entender lo que está sucediendo desde afuera, porque el gobierno venezolano pergeña una mentira muy atractiva, y mucha gente prefiere mirar para otro lado. Sin embargo, es cada vez más difícil mantener esa fachada, porque el descontento es muy grande y la represión por parte de Maduro ha sido desproporcionada y salvaje. El país ciertamente está dividido, pero ahora tras las protestas, quedó más claro que nunca que la violencia está solo de un lado. No hemos visto pistolas ni bombas del lado de los manifestantes, jóvenes cuya única arma es la esperanza de un país más democrático y tolerante.

-¿Cómo juzga el rol de la oposición durante estas protestas?

-Yo creo que se ha mostrado muy sólida. Aquí de lo que estamos hablando es un grupo de personas en la vereda opuesta al chavismo que, por esta razón, se les ha negado en el último tiempo todo tipo de canales de comunicación, todo tipo de participación en la vida social y política del país, ha sido invisibilizada. Si tú estás en Venezuela y enciendes la radio o la televisión, no vas a poder enterarte de lo que ocurre en el país, tienes que recurrir a las redes sociales, porque solo vas a escuchar la voz de Maduro. La gente que ahora salió a la calle, espontáneamente, representa un punto de vista que ha sido excluido desde 1999 y lo que quiere es tener una posibilidad de que se los oiga, porque el gobierno no parece tener un plan para enfrentar los problemas que sufre la población.

-¿Todavía se puede decir que Venezuela es una democracia?

-No, por supuesto que no es una democracia. El gobierno utiliza las Fuerzas Armadas, la Policía y la Justicia para perseguir y encarcelar a quienes no piensen como ellos, no hay medios de comunicación libres, ahora hasta mata ciudadanos con total impunidad… Venezuela dejó de ser una democracia hace tiempo, y a nadie parece preocuparle mucho.

Estudiantes protestando en Venezuela

-Con respecto a eso, varios mandatarios de la región respaldaron explícitamente a Nicolás Maduro, incluyendo a la presidente argentina, Cristina Kirchner. ¿Cómo se explica eso?

-Ese apoyo es algo que viví con tristeza, pero no es algo que me haya sorprendido. Hay gobiernos que van a tener solidaridad automática con el chavismo, pase lo que pase. Si el régimen cubano o el gobierno argentino lo respaldan, tiene lógica. Pero hay casos más complejos. Brasil, por ejemplo. Es innegable la afinidad ideológica de Lula en su momento y Dilma Rousseff ahora con el gobierno venezolano, pero también hay que tener en cuenta sus intereses políticos y económicos. Dilma tiene gente en la calle, no sabe cuándo esas protestas le pueden escalar, y quiere asegurarse que si algo así le pasa a ella, los otros gobiernos también van a reaccionar y ponerse de su lado, entonces ella reacciona. Y hay que recordar que muchísimas empresas privadas brasileñas, al amparo y con el apoyo del gobierno de su país, han hecho negocios extraordinariamente grandes en Venezuela en el último tiempo, así que Dilma también cuida las inversiones en ese país.

-¿Qué cree puede pasar en las próximas semanas? ¿La situación se tranquilizará o se verán más protestas?

– No estoy seguro, pero diría que Maduro no la va a tener fácil. Sin embargo, hay que precisar que su mayor amenaza no viene de la oposición sino de sus aliados, que son sus rivales. Las facciones alternativas en el interior del chavismo son muchas y todas pelean por el poder, y lo harán mucho más ahora con un Maduro debilitado. Tampoco hay que olvidarse de los hermanos Castro, que tienen un rol decisivo dentro del gobierno venezolano, así que también dependerá de qué decidan ellos.

-En el último tiempo mucho se ha hablado de las similitudes entre los modelos políticos y económicos de la Argentina y Venezuela, ambos con líderes populistas fallecidos, economías fuertemente intervencionistas que han hecho disparar la inflación, persecución a la prensa independiente. etc.

¿Piensa que un escenario como el que vive ahora su país pueda replicarse en Argentina?

-Yo creo que no. Argentina tiene dentro de un año y medio, unas elecciones generales, y esa expectativa funcionará como una válvula de presión política que ayudará a mantener cierta estabilidad, más allá de los problemas que se tengan. Mientras tanto, el gobierno venezolano seguirá callando a todo aquel que no piense idéntico a él, y la represión sólo aumentará.

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