Rosa María Martínez, una inmigrante venezolana que participa en el programa de talentos Got Talent España, es una soprano que ha sorprendido a jueces y espectadores.
BBC.
«Sabéis lo que pasa, Rosa María, que yo no debería estar aquí juzgándote a ti. Te hemos acogido en este país y tú a cambio has estado en la zona cero, en el momento más complicado en nuestro país y encima tu talento ha ayudado a nuestros mayores a llegar hasta aquí… Para mí esto es el número perfecto», le dijo el presentador español Risto Mejide a Martínez.
Luego de interpretar el tema «Adiós Nonino» de Astor Piazzolla, Martínez pasó directamente a la semifinal del concurso, algo poco usual en ese programa.
Martínez es una enfermera de 30 años, madre soltera, quien nació en Maracay, estado Aragua, y que ha cautivado a todos con su voz.
«De niña, siempre fui enfermiza, asmática. Admiraba mucho a mi tía Miriam, que era enfermera. Quería ser como ella y como las enfermeras que me atendían. Además quería usar el uniforme blanco», contó en una entrevista ofrecida a la BBC.
Martínez comenzó a estudiar música a los 12 años y se especializó en el canto lírico, pero también se graduó de enfermera.
«Trabajé en un área muy dura del sector salud de Venezuela: la oncológica. Los pacientes con cáncer se han visto muy afectados por las carencias en el país», explicó haciendo alusión a la escasez de medicamentos oncológicos que son importados en Venezuela.
Reconoció que tenía que enfrentarse a perder a sus pacientes con frecuencia y ayudar a otros que no tenían recursos.
«Tuve que ayudar a muchos de ellos que no tenían recursos. Por ejemplo: o comían o iban a la quimioterapia. Entonces les decía: ‘Invierte tu dinero en venir a la quimio, yo me encargo de traerte la comida'», señaló.
BBC.
La joven comenzó a trabajar como soprano en Caracas siendo parte del Coro de Ópera del Teatro Teresa Carreño. Fue abriéndose paso como solista en varias presentaciones entre las que destaca una junto a la Orquesta Filarmónica de Venezuela hasta obtener el título de cantante.
Pero luego decidió emigrar: «Como muchos venezolanos, me fui del país en busca de más estabilidad… Lo más doloroso ha sido tener que dejar a mi hija. Tiene 10 años. Giselle es mi mayor inspiración, mi principal motor. Ella, mi madre y mi hermana dependen completamente de mí. Todos los gastos de mi hija corren por mi cuenta. He tenido que criarla sola. Me separé de su padre».
En 2019 llegó a España, donde estudió máster en Música Española e Hispanoamericana en la Universidad Complutense, hizo prácticas en el departamento de Música de la Biblioteca Nacional de España y algunas presentaciones.
Cuando llegó la pandemia del coronavirus se ofreció como enfermera para ayudar a las autoridades sanitarias, fue asignada en un hogar para adultos mayores, y pronto destacó por cantarle a los abuelos.
Luego consiguió empleo en una de esas casas de asistencia, donde logró fusionar sus dos profesiones para ayudarlos con musicoterapia.
No tenía donde ensayar, así que junto a su pianista quien también es su pareja, buscaron un lugar: «Caminando en el parque Madrid Río, pasé por debajo del Puente de Toledo y casualmente estornudé y me di cuenta de que en los arcos había muy buena acústica. Me puse a probar con la voz y me pareció un sitio extraordinario para ensayar».
Además explicó: «Uno de los ensayos lo escuchó una periodista que, como muchos de los que iban al parque, se quedó hasta el final».
Detalló que la comunicadora le preguntó si deseaba ser entrevistada, le hicieron un reportaje cuando tenía una presentación para adultos mayores y el programa fue visto por los productores de Got Talent quienes la contactaron e invitaron a participar en su show.
Redacción Maduradas con información de BBC.
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