El uso de sistemas de vigilancia chinos, adquiridos a través de donaciones o compras al gobierno de la República Popular China, es un fenómeno creciente en América Latina y en otros lugares, que tiene como objetivo la expansión de sus ventas globales de tecnologías de vigilancia y control.
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Foto: prensa presidencial
Según detalla Infobae, la empresa china ZTE ha ayudado al régimen de Nicholas Maduro a implementar un «documento de identidad de la patria» que recauda los de datos sobre los ciudadanos a través de un documento de identidad que le permite al régimen conferir los llamados “bonos de la patria”, así como el racionamiento de alimentos, como herramienta de control social.
Los riesgos derivados de la difusión del uso del equipo y las arquitecturas de vigilancia chinos son múltiples y significativos, e incluyen:
1.- La sensibilidad de los datos recopilados sobre personas y actividades específicas, especialmente cuando se procesan a través de tecnologías como el reconocimiento facial, integrado con otros datos, y analizado a través de inteligencia artificial (AI) y otros algoritmos sofisticados;
2.- La capacidad potencial para obtener subrepticiamente el acceso a esos datos, no solo a través de los dispositivos de recolección, sino en cualquier número de puntos a medida que se comunican, almacenan y analizan;
3.- El potencial a largo plazo para que dichos sistemas contribuyan al mantenimiento de regímenes autoritarios (como los de Venezuela, Bolivia, Cuba y anteriormente Ecuador) cuyas élites corruptas brindan acceso estratégico y beneficios comerciales al estado chino.
La capacidad de integrar datos de diferentes sensores y otras fuentes, como los teléfonos inteligentes, permiten a las personas con acceso a la tecnología seguir el movimiento de seres humanos y eventos individuales, con implicaciones alarmantes.
Eso incluye la capacidad de trackear potencialmente a las elites políticas y empresariales, los disidentes u otras personas de interés, marcando posibles reuniones entre dos o más, y las implicaciones asociadas con las reuniones políticas o de negocios y los eventos que pueden producir.
Con respecto al impacto político de tales sistemas, los regímenes autoritarios que contratan a los chinos para implementar tales tecnologías no son tan limitados, y tienen todo los incentivos para usar la tecnología para combatir la disidencia y mantenerse en el poder.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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