Que les dejaran sacar parte del dinero depositado en bóvedas construidas en sus celdas unipersonales fue la única condición que pusieron los pranes de la Penitenciaria General de Venezuela (PGV) para rendirse y entregar la cárcel. Esta historia la recoge el periodista Eligio Rojas en el blog Llanoadentro.
Luego de dejar clara su petición, desde el miércoles 26 de octubre, los familiares de los presos comenzaron a desalojar la prisión llevándose guacales llenos de billetes de cien bolívares.
En una crónica, Rojas relata lo que sucedió el pasado 28 de octubre: Pasada la 1:00 de la tarde, la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, informó vía Twitter el fin del conflicto. Se encontraba en la prisión recién desalojada. Cuando caminaba por el pasadizo por donde muchos reos huyeron de Franklin Masacre, se percató de que había un promontorio de cachivaches ardiendo: bolsas, ropa, fajos de billetes, gorras y zapatos.
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