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¡ASÍ ESTAMOS! Colombianos logran burlar cierre de frontera pagando a militares de las FANB

Mientras existan prohibiciones y límites, siempre se conseguirá la manera de burlarlas. Es parecido al dicho que reza «no han inventado la ley cuando ya le sacaron la trampa», algo así; y es que ante el gran éxodo de colombianos a través de la frontera, de retorno a su país y pese a los múltiples puestos de control, ya han conseguido la manera de «pasar» el río, y nada más y nada menos que de la mano de guardias venezolanos, a cambio de 700 bolívares.

Así lo reseña el portal web Runrunes, donde aseguran que más de 5.000 colombianos han logrado burlar el cierre de la frontera venezolana y pasaron a Colombia pagándoles a los funcionarios de la FANB.

Créditos Reuters.

Créditos Reuters.

Todos en la ciudad lo saben: en estos días de paso cerrado algunas personas se dedican a guiar a los urgidos por cruzar a Colombia. Son 20 minutos de excursión por una finca, hasta llegar a una trocha que te lleva al Río Táchira. Al cruzar el río, estás en piso colombiano.

“Son 2.000 bolívares para el guía y los militares cobran 700 bolívares por cada una de las personas que quiera pasar”, dice el joven, quien aclara que ese monto es sólo la ida. En caso de que quieras regresar, debes pagar otros 700 bolívares para que los guardias venezolanos se hagan la vista gorda, y otros 2.000 bolívares para él.

El guía recomienda que el paso a Colombia sea rápido. “Si te agarran funcionarios de aquí (del lado venezolano), te llevan, en cambio los militares del otro lado del río te van a tratar muy bien. Hay que tenerle miedo es a los de aquí (de Venezuela). Allá (en Colombia) para sobornar a un guardia es muy complicado, no es como aquí”, explica.

La cifra oficial de colombianos que han atravesado la frontera en los últimos siete días es de más de 1.000, pero cifras extraoficiales indican que al menos 5.000 colombianos han salido de Venezuela en los últimos días. Han pasado de forma clandestina por trochas como estas.

En San Antonio del Táchira y Rubio es difícil conseguir alguien que defienda la deportación de colombianos.

Jason, que trabaja como mototaxi, confiesa que se despidió llorando de un señor de 75 años que llevaba 10 trabajando con su papá.

“Lo llevé a la trocha para pasarlo, muy triste, se me aguaron los ojos en la despedida”.

Explica que en su pueblo lo colombianos y los venezolanos siempre se han tratado como hermanos, que para ellos no hay diferencia. “No estamos de acuerdo con que les hagan esto”.

El pasajero del autobús cree que el Gobierno no abrirá la frontera hasta diciembre. “No quieren abrir de aquí a las elecciones, porque están asustados, pero ahora la gente va a votar más”.

Con información de El Nacional.

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