El pasado 24 de febrero, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, lazó una invasión a gran escala a Ucrania, que desató ataques aéreos, así como el envío de tropas y tanques desde múltiples direcciones.
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Los misiles que el ejército ruso lanza sobre las principales ciudades de Ucrania también afectan el mercado de alimentos, ya que las fértiles tierras de ese país, conocidas como el granero de Europa, juegan un rol importante en la oferta de cereales.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) señalan que en el año 2020 el trigo de Ucrania representó 9% de las exportaciones globales y el maíz 15%. Sin embargo, en la actualidad es difícil que se mantenga en medio de la destrucción de infraestructura, la huida de los campesinos aterrorizados, el bloqueo de puertos y los soldados rusos a kilómetros de Kyiv.
Asimismo, Rusia, sancionada por Estados Unidos, Europa y otros países del mundo, con sus bancos desconectados de la economía internacional, también es un productor esencial y suministra 19% del trigo que se exporta cada año en el mundo. Por tal razón, la incertidumbre sobre la oferta dispara los precios.
RunRunes asegura que desde que inició la invasión en Ucrania, el precio del principal contrato a futuro de trigo en la Bolsa de Chicago registra un alza de 54%.
En ese sentido, el incremento en el precio amenaza con darle un impulso extra a la inflación de alimentos en Venezuela, ya que la nación no produce trigo y el que utilizan las compañías para elaborar galletas, pastas y harina para el pan, provienen del exterior.
Gerentes consultados aseguran que hay inventarios, sin embargo, todo apunta a que el aumento en el precio del trigo se mantendrá y las importaciones que se harán en los próximos dos meses tendrían que cancelarse a un costo que, en alguna medida, será trasladado al consumidor. Principalmente Venezuela importa trigo de Estados Unidos y Canadá.
Redacción Maduradas con información de RunRunes.
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